JACK KIMBALI. Reuters / EL MUNDO
ASMARA.-
Buena noticia para las mujeres de parte del Cuerno de Africa. El Gobierno de Eritrea ha decidido prohibir la ablación femenina en todo el país por considerarla una práctica que «pone en peligro la salud de las mujeres», según informó ayer el Ministerio de Información.
«La mutilación genital femenina produce dolores y sufrimientos considerables a las mujeres y puede llegar a amenazar sus vidas», añadió el Gobierno, en un comunicado difundido en su página de internet y que precisa el 31 de marzo como fecha en la que se ha dado inicio a la prohibición.
El Ejecutivo de Eritrea prevé también castigar con multas (de varios cientos de dólares y euros) e incluso con pena de prisión a aquéllos que realicen la ablación a niñas o adolescentes o que, teniendo conocimiento de su práctica, no avisen a las autoridades competentes para evitarla.
Anteriormente a esta medida, el Gobierno eritreo había llevado a cabo campañas de concienciación sobre la necesidad de abandonar la mutilación genital femenina en todo el país.
«La prohibición no erradicará de manera automática la práctica de la ablación, pero de seguro empezará a jugar un papel importante», declaró Luul Ghebreab, presidenta de la Unión Nacional de Mujeres de Eritrea.
Según varias organizaciones humanitarias, más de dos millones de niñas sufren cada año esta práctica en el mundo, sobre todo la que consiste en la ablación del clítoris.
Inexistente en el sur
El llamado Cuerno de Africa es la zona donde la mutilación genital femenina está más extendida, siendo prácticamente inexistente en la mitad sur del continente.
Somalia, Eritrea, Yibuti, y en menor medida Etiopía, tienen una incidencia que ronda el 90% de la población femenina, según informa la agencia Efe.
La edad en la que se lleva a cabo esta práctica varía desde los pocos días de vida a los 20 años, aunque la mayoría suele efectuarse a niñas de entre 12 y 14 años.
Sus consecuencias duran toda la vida y la operación, habitualmente casera, puede causar la muerte, complicaciones en el parto, infertilidad, infecciones, hemorragias prolongadas, frigidez o traumas psicológicos.
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