Domingo, 8 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6321.
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MEDIO AMBIENTE / El Panel Intergubernamental del Cambio Climático afirma que los cambios son visibles en gran parte de los ecosistemas y todos los continentes / La salud, el agua, las costas y los alimentos sufrirán cambios
España será uno de los países más afectados por el cambio climático según la ONU
La cuenca mediterránea es una de las zonas más vulnerables a la subida de temperaturas, según el último informe de la ONU
GUSTAVO CATALAN DEUS

MADRID.- España es uno de los países que se verán más afectados por el calentamiento global, según la segunda parte del IV Informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, que se presentó el viernes en Bruselas, y que se centra en impactos, adaptación y vulnerabilidad de este fenómeno planetario.

Los impactos más significativos en la Península estarán vinculados a los recursos hídricos, la elevación del nivel del mar y la erosión costera y una relevante degradación de los ecosistemas y de la biodiversidad. Esto es lo que cabe esperar en las próximas décadas, e incluso a partir de 2020, fecha que está casi a la vuelta de la esquina.

«España está en una zona especialmente vulnerable al impacto del cambio climático y notará sus efectos adversos en los recursos hídricos, las costas, la biodiversidad y los ecosistemas mediterráneos que, al padecer temperaturas más elevadas, sufrirá con más frecuencia incendios y olas de calor». Así se expresó al término de la reunión internacional la subdirectora de la Oficina Española de Cambio Climático, Concepción Martínez.

En declaraciones a la prensa, Martínez destacó que «por primera vez se cuantifican los impactos del calentamiento, y existe una alta probabilidad de que empiecen a notarse ya a partir de 2020. Evidentemente si no se toman medidas y si se superan los dos grados centígrados, que es el objetivo que se ha marcado la UE, podrían agravarse más esos efectos adversos».

El próximo martes, un informe del IPCC más detallado de la región mediterránea, será presentado en Madrid. El catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha, José Manuel Moreno, ha sido el encargado de coordinar la elaboración y redacción de dicho estudio junto con científicos de los países ribereños. Informes regionales similares se presentarán desde el martes y en días sucesivos en otras ciudades del planeta, hasta cerca de una veintena.

El panorama para nuestro país es válido para grandes áreas del globo. La cuenca Mediterránea, al igual que el Africa subsahariana, el Artico, las islas de menor relieve, los deltas asiáticos y Australia son los peor parados a consecuencia del calentamiento global, un fenómeno producido -según el IPCC- por la quema de combustibles fósiles desde el inicio de la era industrial, y por lo tanto, atribuible a la actividad humana.

Certezas científicas

Si en febrero el IPCC hacía público, tras cinco años de investigaciones, la primera parte del informe, con su certeza por encima del 90% de que el cambio climático tiene orígenes antropogénicos, el viernes pasado señalaba con similares garantías que, de no frenarse la emisión de gases de efecto invernadero, el fenómeno tendrá fuertes impactos sobre el agua dulce, los ecosistemas en general, los alimentos, las costas y la salud. Incluso sobre la educación, especialmente entre las personas más pobres del planeta, que tendrán que dedicar más tiempo a conseguir agua y alimentos que a ir a la escuela.

El informe presentado en Bruselas -segunda parte de los tres que se presentarán este año, más el informe de síntesis que se hará en Valencia a mediados de noviembre-, afirma que el calentamiento ya tiene impactos «visibles en la mayor parte de los sistemas biológicos y físicos del planeta».

Confirma que en «todos» los continentes hay signos evidentes de esos impactos en los animales y las plantas. Estos efectos negativos provocarán que el 30% de las especies entren próximamente en peligro de extinción si no se detiene el adverso fenómeno climático, y en caso de no frenarse la subida del termómetro, la cifra estaría por encima del 40%.

Los arrecifes de coral, la tundra, los polos, los bosques boreales, los ecosistemas alpinos, los océanos y los seres que viven en ellos, incluidos los recursos pesqueros que consume la Humanidad, se irán degradando a medida que aumenten las temperaturas. El IPCC ha tratado de resumir en gráficos tan desastrosas previsiones.

Tan difícil situación vendrá paralela a una gran crisis de los recursos hídricos. Uno de los principales motores de la vida en la Tierra como es el agua dulce, se verá sometida a grandes transformaciones que dificultarán su disponibilidad. El informe señala que el continuo deshielo de los glaciares variará considerablemente el caudal de muchos ríos.

Por señalar algunos ejemplos de este problema, baste citar que los glaciares del Himalaya, que alimentan los seis ríos principales de Asía, de los que beben el 45% de la Humanidad traerán graves consecuencias. Cientos de millones de personas se encontrarán con similares problemas para regar sus cosechas al depender de los glaciares de la cordillera de los Andes.

En el caso de los Alpes, 50 millones de europeos padecerán esas penurias. La cuenca mediterránea será, nuevamente, una de las más afectadas por la menor cantidad de agua dulce disponible para los cultivos, unido a un menor y más irregular régimen de lluvias.

«La adaptación será necesaria para paliar el impacto del calentamiento global, que ya es inevitable debido a las emisiones», señala el informe, cuya redacción final se preparó durante la semana pasada, con la presencia de 2.500 expertos y delegados gubernamentales de un centenar de países implicados en las discusiones y preparación de informes del organismo de la ONU.

La noche del jueves al viernes la reunión se prolongó a lo largo de toda la madrugada en una tensa sesión de casi 24 horas. Esto provocó la indignación de una parte de los científicos por lo que consideraron «injerencias políticas» y «vandalismo científico», según una de las intervenciones que hubo antes de la redacción final del documento.

Después de 22 horas de negociaciones, los representantes de Arabia Saudí, China y Rusia eliminaron una cifra clave y un gráfico del resumen final. Los dos primeros países citados se salieron con la suya también, al eliminar un «muy», cuando se afirmaba la «[muy] elevada confianza» en los datos de que muchos sistemas naturales están ya afectados por los cambios del clima. El IPCC considera que esa confianza es del 99,9%, pese a lo cual se quitó el calificativo.

Datos empíricos

Al margen de estos rifirrafes dialécticos y políticos, habituales en estas conferencias mundiales de elevado interés, el nuevo informe es «un muy buen documento», según señaló Rajendra Pachauri, presidente del IPCC, en la presentación del mismo. El coopresidente del grupo de trabajo que ha elaborado el estudio, Martin Parry, agregó que «por primera vez no estamos alertando con modelos informáticos, sino con datos empíricos medidos de verdad».

Quizá, una de las partes más elaboradas tiene que ver con los impactos sobre la economía mundial. Como refleja el informe, los que saldrán peor parados serán los países más pobres del mundo. El estudio advierte que entre 75 y 250 millones de personas en Africa podrían enfrentarse a la escasez de agua en 2020. Igualmente estima que la producción de las cosechas podría caer hasta un 30% en el sur y centro de Asia.

«Los más pobres de los pobres del mundo van a ser los más afectados y los más vulnerables en términos del impacto del cambio climático», aseguró Pachauri, quien añadió que esas personas también serán las menos equipadas para manejar los efectos de los cambios.

«El informe deja claro que queda poco tiempo para actuar y poder evitar los peores impactos del cambio climático», ha sido la reacción de la organización Greenpeace al acto de Bruselas. Por su parte, WWF/Adena, ha señalado en un comunicado que «la inacción resulta imposible frente a las conclusiones del nuevo informe elaborado por el IPCC».

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