Algo similar, pero sin focos ni guionistas de por medio, es lo que ha pasado entre el acosado Fabio Capello y el acosado Emerson, dos personajes cuya popularidad está por los suelos. «¿Puma estás o no estás?». Por lo que ayer confesó el técnico italiano, Emerson le dijo que sí, así que hoy saldrá a jugar desde el comienzo, algo que no sucedía desde que los dos alcanzaron un pacto. Fue ante el Betis, hace dos meses. Después ocurrió lo de siempre esta temporada, o sea casi nada en este Real Madrid que aburre a las ovejas y que aspira como el que más a ganar el título de campeón.

Emerson se recluyó en el banquillo, salió de él cuando el partido era fuera y trataba de pasar desapercibido en casa. Capello metió la pata en el tramo final del duelo de Champions ante el Bayern porque con la tensión se olvidó del acuerdo que tenía con Puma; éste le dijo que verdes las han segado, pero la cosa no pasó a mayores porque el fútbol de Emerson no mueve montañas.

La semana pasada en Vigo, Guti fue expulsado y Gago se ganó la quinta amarilla, con lo que el centro del campo dejó un hueco para una pareja de construcción en principio terrible: Diarra-Emerson. No le ha quedado otra a Capello que advertir que va a haber un cambio en el juego de su equipo y que frente al Osasuna se optará por un fútbol de «menor elaboración».

«Emerson va a jugar un gran partido. Estoy convencido de su calidad y su fuerza», dijo muy serio Capello. Aprovechando que el río Po pasa por Turín, el entrenador italiano metió en el mismo paquete al centrocampista y al defensa central Cannavaro, dos que se trajo de la Juventus. «Han sido jugadores importantes en todos los clubes que han jugado. Aquí han tenido algunos problemas».

La verdad es que para las explicaciones que dio se las podía haber ahorrado. Ocurre en la mayoría de las ruedas de prensa del mundo mundial, que se dicen cosas huecas, sin ningún peso. La de ayer fue un ejemplo más. Esto es lo que dijo Capello de por qué Emerson está mal: «Se ha encontrado con un fútbol que se juega de una manera diferente. Creo que ha tenido problemas». Y ahí se quedó, como si acabara de descifrar un enigma egipcio. Lo de Cannavaro no tuvo tampoco desperdicio: «No ha hecho una temporada extraordinaria, pero no tan mala. Está mejorando mucho». Así lleva siendo toda la temporada con Capello.

Por cierto que el italiano emitió ayer la primera señal pública de que eso de marcharse al final de la temporada por el artículo 33 de Ramón Calderón y Pedja Mijatovic habrá que verlo. El italiano abre la boca para reír en silencio (bastante complicado, por cierto) y muestra sus cuidados molares cuando se le pincha con eso de que viene Bernd Schuster. «A otra cosa», dijo, aunque en realidad quiso decir: «Queréis que me vaya, pero ya veremos, malandrines».

No le falta razón al italiano, un tipo al que se le quiere poner ya con las maletas en la T-4 de Barajas por haber hecho exactamente lo que prometió y por cumplir fielmente con sus principios: fútbol-tostón y la posibilidad hasta el último momento de conquistar un gran título. Lo de ahora le parece una traición de los que apostaron por él y le sacaron un contrato de tres temporadas. Él, seguro, les advirtió: «Soy Capello, no me vayáis a hacer luego la 13-14».

Vuelve Roberto Carlos, lesionado en Múnich hace un mes. No será titular, pero sí Robinho, que tiene ante su entrenador y la afición propia su enésimo examen. David Beckham no se ha recuperado aún, con lo que cada vez le quedan menos ocasiones para decir adiós al Real Madrid en la que ha sido su casa los últimos cuatro años.

El Osasuna goleó en la Copa de la UEFA al Bayer Leverkusen, así la tensión es la justita. Ciganda les ha tenido que llamar la atención a sus jugadores en el último entrenamiento, pero el técnico sabe que la vida, aún en el Bernabéu, está muy achuchada.

Real Madrid: Iker Casillas; Ramos, Torres, Cannavaro, Helguera; Diarra, Emerson; Raúl, Higuaín, Robinho y Van Nistelrooy.

Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Cruchaga, Cuéllar, Monreal; Erice; Valdo, David López, Muñoz, Juanlu; y Webó.

Arbitro: Ramírez Domínguez.

S. Bernabéu: 19.00 horas, PPV.