Argentina se dio de bruces con el taraflex del Centro de Convenciones de Gotemburgo. Los últimos finalistas cayeron con estrépito ante Suecia, a la que habían derrotado el pasado año en la primera ronda, como locales, sobre polvo de ladrillo, por 5-0. Mancini tiró de Cañas para el doble, después de aparcarlo en individuales. Recurso insuficiente contra Jonas Bjorkman y Thomas Johansson, vencedores de Willy y Nalbandian por 4-6, 7-6 (7-4), 6-2 y 6-3. Precipitado adiós de uno de los países más competitivos en este torneo.
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El rival no era para tanto. Thomas Johansson, 32 años, ya ha dicho prácticamente todo lo que debía decir en el tenis. El finalista del Abierto de Australia'2002 torturó a Nalbandian, tal vez el mejor restador posible, con 33 aces en el primero de los individuales y complementó de manera formidable en el doble al veterano Jonas Bjorkman, número cuatro en el ranking de la especialidad.
Alemania liquidó confortablemente la visita a Ostende. Michael Kohlman y Alexander Waske superaron a los hermanos Christohe y Olivier Rochus por 4-6, 6-2, 6-3 y 6-1, cerrando un cruce que habían puesto de cara Tommy Haas y el debutante Philipp Kohlschreiber en la jornada del viernes. A los belgas no les bastó poner tierra de por medio en un enfrentamiento que se aventuraba mucho más abierto. Con una formación bastante discreta, los germanos alcanzan las semifinales y sueñan con la época dorada de Boris Becker, que lideró la conquista de la Ensaladera en 1988 y 1989 tras la derrota en la final de 1985. Rusia sacó adelante el partido de dobles y podrá seguir defendiendo el título si se apunta hoy uno de los dos individuales. Igor Andreev y Nikolay Davydenko ganaron a Sebastien Grosjean y Michael Llodra por 3-6, 7-5, 6-3, 3-6 y 6-3. Tarpishev administra con sabiduría el inmenso caudal de su equipo y hoy podría dar entrada a Marat Safin, tras pasar las dos primeras jornadas en el banquillo.
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