Los populares concitaron con sus protestas unos apoyos homogéneamente repartidos entre hombres (48, 8%) y mujeres (49,9%); y en todas las franjas de edades, incluidos los encuestados menores de 29 años (49,7%).

Sin embargo, no lograron convencer a un 44,7% de los españoles, que rechazaron abiertamente la decisión de llevar a la calle la protesta contra la política penitenciaria y terrorista del Gobierno. Curiosamente, entre ellos, la encuesta registra un 15,9% de votantes del Partido Popular.

Cabe recordar que el porcentaje de españoles que en Navidad, y después del atentado de la T-4, rechazaban que el PP protagonizara movilizaciones en contra de la política de Zapatero hacia ETA era de un 69,3% (59% de votantes del PP), y sólo el 25,2% se pronunciaba a favor de dicha eventualidad. Así que la liberación del etarra De Juana ha obrado, según la encuesta, un auténtico vuelco en la opinión pública, muy superior al recelo que generó la muerte de dos ecuatorianos en el atentado de Barajas en contra del Gobierno y de su actuación en el proceso de paz.

Pero el éxito demoscópico del PP no llega a ser tan rotundo en el resto de la encuesta. Lo más favorable, para las cuentas de la dirección del partido, es que el 51% de los españoles valora entre «regular» y «muy bien» su labor de oposición, mientras que quienes la desaprueban -con un «mal» o un «muy mal»- sólo suman un 26,2%.

La ecuación refleja un nivel de aceptación menor que la registrada en la consulta de enero de 2007, porque los que aplaudían al PP o valoraban su actuación como «regular» sumaban siete puntos más (58%). Eso sí, los populares registran en las últimas fechas mucho menos rechazo -con 14,7 puntos de diferencia- porque los que suspendían al PP en enero sumaban un 40,9%.

Siempre en el filo del aprobado raspado, el desglose de los últimos datos sobre el PP revela también que el porcentaje de encuestados que puntúan con un «mal» su actuación equivale, con un 23,8%, a la suma de los que lo valoran con un «bien» y un «muy bien»; y que a ese dato todavía hay que sumar un 22,4% de ciudadanos que optan por valorarlo con un «muy mal».

En realidad, la mayoría de los encuestados sigue otorgando a los populares una valoración simplemente «regular». Pero, éstos (un 27,3%) son muchos menos, en realidad, que los registrados en enero (34,8%).

Poco parecen haber influido todos estos sutiles cambios en la apreciación que los ciudadanos hacen de la consolidación de Mariano Rajoy al frente del partido, que sólo ha crecido dos décimas desde enero: desde un 36,4 hasta un 36,8%. Pero al igual que el rechazo hacia el partido decrece, también disminuye de manera considerable el número de españoles que opinan que Rajoy no acaba de afirmar su liderazgo: de un 55,1% hasta un 51,9% de los encuestados.

En cualquier caso, el presidente del PP pasa por ser el más conocido de los políticos de su partido, con un 97,3%, por delante de Esperanza Aguirre y de José María Aznar, a los que reconocen por igual un 94,4% de los encuestados.

Cosa distinta es la valoración que merece entre los encuestados, que le suspenden con la misma puntuación que a la presidenta de Madrid (un 4,77) -ambos puntuaron con más de 5 en la anterior encuesta-, mientras aprueban a Jaime Mayor Oreja (5,22) y a Alberto Ruiz-Gallardón, el exiguo campeón, con un 5,44 de nota sobre 10; unas décimas por debajo del sondeo de enero.

El PP siempre tiene explicaciones demoscópicas para estos exiguos resultados, que, en todo caso, unos retratan como partido de centro o de centroderecha (un 43, 3%), y otros, simplemente, de derecha (43,3%).