MADRID.-
Rodolfo Martín Villa, ministro de Gobernación en 1977 y autor de la resolución que legalizó al PCE ese año, echa de menos, 30 años después de aquel momento clave, que en la vida política no exista aquella «complicidad» entre gentes tan distintas que supieron «encontrarse en lo fundamental».
Tras la muerte de Franco en 1975, recuerda Martín Villa, se había abierto un proceso hacia las libertades políticas y ciudadanas que hacía «imposible pensar en un régimen de libertades sin el Partido Comunista en el juego político».
La capacidad de movilización del PCE quedó de relieve en enero de 1977, con la respuesta pública a la matanza de los abogados laboralistas de Atocha. Martín Villa asegura que «la reacción» del PCE tras este hecho sirvió para «darle una credibilidad de partido serio».
Aquellos años han dejado a Martín Villa, en la actualidad presidente de Sogecable, una relación fluida y continuada -«discrepancias políticas aparte»- con Santiago Carrillo que comenzó en la primavera de hace 30 años. «Recuerdo que la primera vez que vi a Santiago Carrillo fue en un almuerzo, en algún restaurante cerca del Ministerio de Gobernación, propiciado por Juan Rosón, y desde entonces tuvimos una relación personal que seguimos manteniendo», rememora en una entrevista a Efe.
Respecto a la situación política actual, Martín Villa afirma que «echa de menos» esa «especie de complicidad que hubo en la Transición entre gentes, muy distintas personalmente e ideológicamente». El problema autonómico, el terrorismo, las relaciones exteriores y la defensa son, para quien firmó uno de los papeles decisivos de la Transición, asuntos que reclaman esa «complicidad y consenso».
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