JAVIER ORTEGA. Corresponsal
ZARAGOZA. - La avenida extraordinaria del río Ebro ha inundado, a su paso por la provincia de Zaragoza, unas 20.000 hectáreas de cultivos y ha ocasionado pérdidas millonarias, según las primeras estimaciones.
La crecida ha sido algo menor que la de 2003, en la que se anegaron hasta 25.000 hectáreas, aunque los efectos serán muy similares.
En esta ocasión han bajado dos riadas seguidas en apenas 15 días, su paso ha sido más lento, la tierra estaba ya empapada y se tuvieron que romper diques de forma voluntaria para impedir que el agua entrara en las poblaciones.
Aunque la situación de alerta se mantuvo en Aragón hasta ayer noche, el nivel del río comenzó a descender paulatinamente. El gran caudal del Ebro llegó ayer al embalse de Mequinenza, desde donde se regula la avenida para evitar inundaciones en Cataluña. En esa comunidad se matiene la situación de alerta pero el caudal baja estabilizado y la avenida está controlada, según fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Por otra parte, la organización agraria UAGA (Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón) ha solicitado que se declare a la avenida como «desastre natural».
Esto supondría el compromiso de las administraciones para indemnizar a los agricultores el 100% de los daños en las cosechas (cereales, forrajes, hortalizas y frutales) así como en las infraestrcutras, caminos, acequias, riegos, diques y granjas.
Tendrá que pasar al menos una semana para que el agua se retire de los campos y así comprobar las pérdidas en las cosechas, que se cree serán millonarias. Todo indica que se situarán en niveles similares a las de hace cuatro años, que se cuantificaron en unos 30 millones de euros.
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