Sharafi mantiene que fue «sometido a diferentes formas de tortura, día y noche», según se puede leer en la agencia oficial de noticias iraní Irna. «Fui secuestrado en una calle de Bagdad por personas que se identificaron con documentación del Ministerio de Defensa iraquí y que se desplazaban en vehículos de las fuerzas estadounidenses», asegura Sharafi, quien ocupa el cargo de segundo secretario de la embajada de Irán en Bagdad.

Coincidiendo con estas declaraciones, ayer se supo que el Papa Benedicto XVI envió una carta al ayatolá iraní, Alí Jamenei, pidiéndole la puesta en libertad de los 15 militares británicos capturados por Teherán el pasado mes de marzo, según confirmaron ayer fuentes del Vaticano.

La carta fue entregada pocas horas antes de la liberación de los marinos británicos, el pasado miércoles, después de 13 días de secuestro, según ha informado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Federico Lombardi.