Domingo, 8 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6321.
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El 'comando Solbes' se despide de ustedes (últimos meses)
Manuel Conthe mantiene su pulso, pero terminará yéndose y se adelanta así a la segura marcha de su mentor, Pedro Solbes, del Gobierno. Éste encabeza un grupo de funcionarios en el aparato económico del poder que ha intentado frenar excesos de Zapatero. Pero sus miembros se van desperdigando o jubilando frente al pujante 'comando' rival de Sebastián.
Carlos Segovia

Por fin». En el peor de los casos, en estas fechas de 2008, Pedro Solbes, será ya vicepresidente segundo del Gobierno en funciones y estará recogiendo los bártulos en su despacho de la calle de Alcalá. Dará igual quién haya ganado las elecciones generales de marzo, el caso es que se habrá acabado este ritmo frenético en que, cuando toca viaje, no puede cumplir la recomendación del médico de nadar, al menos, dos días por semana para sobrellevar su dolencia crónica de espalda.

El pasado 31 de agosto cumplió 64 años y es hora de jubilarse, sobre todo de un Gobierno que preside un chico de 46. Querrá, eso sí, seguir trabajando, a menos gas, en algún cargo al servicio del Estado, porque para eso está pidiendo a los españoles que alarguen su vida laboral. Además, si no, se aburre, aunque no necesita ya dinero, sobre todo tras aquellos años en la Comisión Europea a razón de tres kilos mensuales de las antiguas pesetas.

La alta clase financiera y empresarial española querría a Solbes en una soñada gran coalición PSOE-PP al estilo alemán, que dé por fin estabilidad al Estado. Pero Solbes no está para utopías. Ni siquiera pudo despedir en condiciones a Soledad Abad, su directora de gabinete, en la copa informal de la semana pasada, después de tantos años juntos en Madrid y Bruselas. La habría retenido más, pero quedaba vacante la vocalía de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que la confiere un horizonte de cinco años en uno de los más importantes cargos -y mejor remunerados- de la Administración española. Si hubiera una posibilidad de que Solbes continuara su carrera en el Gobierno, Abad se habría quedado, pero el jefe lo tiene muy claro.

También lo sabía otro viejo amigo, Miguel Angel Fernández Ordóñez (Mafo), 62 años, pero el tren para ser gobernador del Banco de España pasaba por última vez en 2006, y agotar la legislatura con un Solbes en la recta final era perderlo.

Aún aguantan el presidente de la Sepi, Enrique Martínez Robles, 63 años, y la subsecretaria de Hacienda, Juana Lázaro, 57, tras una dilatada carrera junto al vice. Pero los miembros del comando Solbes, se van desperdigando o jubilando. Son un núcleo de técnicos que sí, lo suyo es el PSOE, pero con visión de Estado por encima del pistolerismo partidista habitual. Como diría Antoni Castells -el solbes catalán- son seguidores del Príncipe de Lampedusa y de que «todo cambie para que todo siga igual» por el bien del Estado. Por eso Solbes no se ha prestado a muchos enredos en torno a la OPA de Endesa. Por eso su ex jefe de gabinete, Jordi Sevilla, va a veces por libre. Por eso Mafo hizo todas las trampas que pudo a los nacionalistas en las negociaciones presupuestarias o estatutarias creídos de que lo prometido por Zapateroiba a Misa. Por eso Martínez Robles se resiste a peticiones de miembros del PSOE de buscar y airear trapos contra el PP en la Sepi. Y quizá por eso Soledad Abad se abstuvo en la tremenda votación del lunes 26 de marzo en la sede de la CNMV.

En esa en que el benjamín, el más lanzado del comando Solbes, decidió saltarse la máxima del jefe. Ésa de que hay que anteponer la visión de Estado, pero cuando se pueda, con discreción, sin crear tensiones. No, Manolo Conthe, 53 años, se mueve mal estirando la ley para acercarla a los deseos del partido. Y frente a la discreción de Solbes, Conthe es un convencido de que en este país sólo dando la nota se entera la gente de cuál es el rumbo correcto.

Así que el presidente de la CNMV, que había ganado la votación del 23 poniendo freno durante seis meses a la OPA de Acciona y Enel para que no pudieran acabar fácilmente con la del grupo alemán E.ON, quiso ir más lejos el 26. Acciona y Enel habían osado esa mañana anunciar su oferta, pese al frenazo, así que lo coherente era ya sancionarles y quitarles derechos políticos. Pero para el resto del comando Solbes, ya era mucho haber herido en el brazo a José Manuel Entrecanales y a Fulvio Conti, los jefes de Acciona y Enel a los que la propia Moncloa quería ver sin un rasguño. Solbes, que se autodefine como «un economista que intenta aportar sentido común», reconoce que discute más con Zapatero que con su esposa, pero no, Manolo, una cosa es herir y otra fusilar, y Cambio Radical es sólo un programa de TV.

«Por un oído me entra y otro me sale». Conthe se enfunda en piel de hipopótamo cuando le presionan y Solbes lo sabe desde 1993. Menudo era ese chico, el más suicida y, quizá, el más brillante de su comando. El joven Manolo se estrenó en el Comité Monetario de la Unión Europea despotricando contra una propuesta sin saber que el autor era Jurgen Stark, el duro director general del Tesoro alemán, que luego bien que se rió en las cuatro devaluaciones, cuatro, de la peseta.

Pero Conthe se fue forjando un respeto en Madrid y Bruselas y el vice no olvidaría el gesto del muchacho en noviembre de 1995, cuando le aceptó de urgencia el cargo del secretario de Estado de Economía a cuatro meses de una previsible derrota electoral del Gobierno. Conthe no dudó en marcarse políticamente hacia una muerte segura.

También es segura ahora su marcha de la CNMV, no sin antes explicarse en público. Quiere ir a las Cortes, pero si no le deja el PSOE, es capaz de convocar una rueda de prensa de las de infarto. Uno de los últimos retos de Solbes será gestionar su relevo y la propia Abad o el director general de los servicios jurídicos del Estado, Joaquín de Fuentes, son opciones de su agrado. Todo menos dejar la pieza de presidir el máximo órgano rector de los mercados bursátiles al otro comando económico del Gobierno: El de los jóvenes que lidera el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid y ex asesor monclovita, Miguel Sebastián, 49 años.

En él figuran los compañeros de Miguel en Minnesota, como la directora general del Tesoro, Soledad Núñez,o la responsable de Economía en el partido, Inmaculada Rodríguez-Piñero, sin olvidar a su sucesor en Moncloa, David Taguas. Tienen una visión más elástica del Estado y de las reglas de juego y detestan a Lampedusa. El eslabón entre ambos grupos es el secretario de Estado de Economía, David Vegara, 41 años, y con hambre política si no le vuelve a tentar el sector privado. De ellos saldrá un sustituto socialista del vice. Solbes se iría con Conthe, pero va contra sus reglas hacer algo que dé armas al PP contra Zapatero. No, un último esfuerzo.

carlos.segovia@elmundo.es

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