ESPANYOL 1
REAL SOCIEDAD 0
O. LLUIS COMPANYS. 15.150 ESPECTADORES.
Kameni Velasco Torrejón Lacruz David Garcia Ito Costa Coro Jônatas Moha Pandiani
Cambios: Riera por Moha (min. 68) Luis García por Coro (min. 77) s.c. Jarque por David Garcia (min. 79) s.c.
Bravo Gerardo Ansotegui Víctor López López Rekarte Garitano Rivas Xabi Prieto Mikel Alonso Savio Herrera
Cambios: Kovacevic por Herrera (min. 50) Díaz de Cerio por Alonso (min. 63) Novo por Xabi Prieto (min.77) s.c.
Arbitro: Lizondo Cortés
Tarjetas amarillas: Ito, Jônatas, López Rekarte, Gerardo.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: Coro (min. 57).
BARCELONA.- Vislumbrar una Primera División sin la Real Sociedad exige o bien mucha imaginación o bien mucha veteranía. Si uno no tiene más de 40 años, no ha conocido temporada en que los txuri urdin no hayan estado entre la elite del fútbol español.Y si uno no tiene la capacidad de figurarse la Liga sin el concurso de un equipo de la alcurnia del donostiarra, la mejor receta es regalarse 90 minutos completos observando el torpe proceder del equipo de Lotina.
Aparecieron ayer sobre el césped del Olímpic dos equipos irreconocibles.En tiempos de cirugía estética y cambios radicales, costaba mucho identificar al equipo de Valverde. Sumido en el trance de alcanzar las semifinales de la Copa de la UEFA y ya pensando en Rui Costa, Simao, Nuno Gomes y compañía, Valverde sacó al campo un equipo con nueve suplentes, incluyendo rarezas como Velasco, Ito o el perdonado Jônatas. Peor es lo de la Real Sociedad, que sacó al campo a su mejor equipo, con 11 jugadores con la espada entre los dientes, pero ni así.
Ni unos ni otros se parecieron a lo que debería ser un equipo de Primera y convirtieron el arranque del partido en un volleyball infumable. Ito y Costa nunca ganaron fama ni partido alguno con su talento para mover el balón, y entre ambos consiguieron que fueran Rivas y Garitano en vez de Alonso y Prieto los que participaran del juego.
Pese al atasco de fútbol e ideas, las ocasiones fueron llegando poco a poco, sin que nadie mereciera siquiera ver de cerca a Bravo y Kameni. Jônatas, muy activo buscando el perdón del respetable tras su fuga a Brasil, protagonizaba los ataques del Espanyol.Junto a él, Coro y Pandiani ofrecieron un pésimo rendimiento.El caso del delantero catalán habla a las claras de cómo la motivación puede transformar a un futbolista. El pasado año, en idéntico escenario y ante el mismo rival, salvó al Espanyol de la Segunda con un milagroso gol. Todo lo que necesitó para convertirse en héroe fue esprintar, controlar, y disparar a puerta. Ayer, sin la tremenda angustia que parece acompañar a Lotina año tras año, estuvo individualista, fallón y más preocupado de zigzaguear que de buscar la portería rival.
En la Real, por desgracia, era imposible encontrar a un culpable.Es el vasco un conjunto sin una filosofía de juego, sin un líder, que en ataque se entrega en exceso al balón parado, a las subidas de Ansotegui y a las roscas de Savio. En una de ésas, a punto estuvo de encontrar un milagro tras un error de Kameni.
Que los de Lotina consiguieran marcharse al descanso con un empate en el marcador no se explica sino por la seriedad de un equipo que, a falta de talento, se aferra a su instinto de supervivencia.El segundo acto del choque comenzó con un nuevo elogio del patadón y los balones largos. La Real, consciente de lo que se jugaba, optó por adelantar líneas y dejar algo más de espacio en la zona de creación del Espanyol. Ahí se cavó su tumba. En el minuto 57, Jônatas recibió solo en la medular y arrancó con fe hacia la portería rival. Con la misma tozudez y convicción que mostró cuando abandonó a sus compañeros para marcharse a Brasil se plantó en la frontal del área, y cedió el balón con el exterior del pie derecho a Coro, que llegaba embalado y sin marca. Nada pudo hacer Bravo ante su disparo.
A partir de ahí, Lotina se dedicó a confirmar con sus cambios que gran parte de los males de su equipo radican en una mala planificación. Metió en el campo a Kovacevic, a Díaz de Cerio y a Novo, buscando chispa y profundidad. Lo único que encontró es la certeza de que está al frente de una de las plantillas más limitadas de toda la Primera División.
En un encomiable ejercicio de fe, los donostiarras continuaron atacando -por el centro y desordenadamente- pero no les bastó para amenazar el resultado. Este Espanyol europeo ha alcanzado el nivel en que gana casi sin querer. Cierto que enfrente tuvo a un equipo en situación crítica, que está a ocho puntos de la salvación con 27 en juego. En este deporte caprichoso nada es imposible, pero el paso de la Real por Montjuïc tuvo ayer un inconfundible sabor a despedida.