Lunes, 9 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6322.
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La «larga espera» por la Visa de Tura
El caso de la tarjeta 'clonada' de la consellera también se retrasó
CAROL ALVAREZ

BARCELONA.- Dice la policía que Marcelo se pegó la gran vida en un estupendo hotel de Valencia, el Oliva Nova Golf. Fueron dos días de cuatro estrellas y de instalaciones espectaculares para descansar al sol y marcarse unos hoyos en el campo diseñado por el mismísimo Severiano Ballesteros. Ocupó dos habitaciones, no iba solo. Pero ni él ni su acompañante pagaron la factura de 683,29 euros: pagó la Visa Oro Business de la consellera Montserrat Tura, o mejor dicho, su tarjeta clonada.

Corría el marzo de 2004, y la verdad es que los delincuentes, que fueron juzgados y condenados el año pasado a cuatro años de prisión, estaban bien organizados. Camareros que aprovechan el descuido, copiadores de tarjetas y un cerebro con las ideas muy claras de como sacar su jugo a las Visas clonadas.

Toparon, sin embargo, con una de las peores víctimas imaginables, la entonces máxima responsable de la policía catalana. Hicieron un uso ilícito de su tarjeta de crédito aprovechando que pagaba con ella una comida en un restaurante de la ciudad. En un descuido, la clonaron, y ella no supo del engaño hasta que empezaron a llegar facturas que no respondían a los movimientos dinerarios que había efectuado.

Marcelo fue encarcelado junto a otros dos sospechosos de participar en la trama por orden del juzgado de instrucción número 23 de Barcelona. Personada en la causa la Generalitat, y a instancias de ella, se estimó oportuno que el caso se remitiera a la Audiencia Nacional.

Y llegó el parón. El procedimiento se retrasó cinco meses, según explica la abogada Nuria Rodríguez, porque el atestado de los Mossos y otras diligencias que acompañan el procedimiento están sólo en lengua catalana. Cuenta Rodríguez que sólo llegar el asunto al juzgado de instrucción central, el juez pidió a los Mossos que remitieran la traducción, y la abogada hizo lo mismo, ante «la indefensión que generaba a mi cliente ya que se vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva, a un proceso con garantías y sin dilaciones», dice la abogada. Marcelo obtuvo la libertad provisional precisamente por las dilaciones producidas.

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