Lo raro es que no se haya hecho antes. Cuando ya hay coches, motocicletas o barcos impulsados gracias al hidrógeno (H2), le ha llegado el turno a la aviación. El gigante mundial del sector aeronáutico, Boeing, está punto de hacer las primeras pruebas reales de un prototipo de avión impulsado gracias a esta tecnología, llamada a ser la sucesora del petróleo.
El Centro Europeo de Boeing en Madrid ha trabajado con sus colegas de Boeing Commercial Airplanes, junto con sus socios españoles y con compañías de Alemania, Austria, Francia, Reino Unido y Estados Unidos en el diseño y montaje de este avión experimental, que realizará sus primeros vuelos y pruebas en tierra este mismo año.
«Desarrollamos una investigación en colaboración con Europa. Estamos muy satisfechos por la participación de ocho empresas y universidades españolas en este importante programa», comentó Pedro Argüelles, presidente de Boeing en España.
«Dada la eficacia y los beneficios ambientales de la tecnología de pilas de combustible, Boeing quiere estar en la vanguardia de su desarrollo y aplicación en productos aerospaciales», dijo Francisco Escartí, director de la compañía en Europa.
La pila de combustible realiza un proceso químico de electrólisis por el que un gas, el H2, se transforma en electricidad y calor. El proceso sólo produce emisiones de vapor de agua. Por lo tanto, no utiliza petróleo y los motores, al ser eléctricos, no producen ruido.
Modelo híbrido
El prototipo utiliza un sistema híbrido de potencia, compuesto por una pila de combustible de Membrana de Intercambio Protagónico (MIP) y una batería de ion litio. La primera suministra energía a un motor eléctrico acoplado a una hélice convencional, lo que es suficiente para mantener la velocidad de crucero. Pero, durante el despegue y ascenso -la fase que requiere más potencia-, el sistema recurre a las baterías ligeras de ion litio, que permiten poner en el aire a este ligero avión derivado de un velero áreo de vuelo sin motor.
Los vuelos de prueba, que se realizarán en España, demostrarán por primera vez que un avión tripulado puede mantener un vuelo horizontal con pilas de combustible como única fuente de energía. «Aunque no está previsto que las pilas de combustible vayan a suministrar la energía en futuros aviones comerciales de pasajeros, demostraciones como éstas ayudan al despegue de esta tecnología en aviones pequeños tripulados y no tripulados», manifestó Escartí.
Además de este sistema, los investigadores creen que otros tipos de tecnologías similares, como por ejemplo las pilas de combustible de óxido sólido (Solid Oxide Fuel Cell) podrían aplicarse a los sistemas generadores de energía secundaria, como las unidades de potencia auxiliar. Esta tecnología estará lo suficientemente madura para su uso potencial en la aviación comercial dentro de unos 10 o 15 años.