ATLÉTICO 1

Viera

Josemi

Fuentes

Cygan

José Enrique

Senna

Josico

Marcos

Mati Fernández

Guille Franco

Forlán

Cambios: José Mari por Guille Franco (min. 46)

Pires por Josico (min. 57)

Cani por Mati Fernández (min. 79)

Leo Franco

Perea

Eller

Pablo

Antonio López

Gabi

Luccin

Galletti

Jurado

Agüero

Fernando Torres

Cambios: Costinha por Agüero (min. 72)

Pernía por Jurado (min. 76)

Mista por Galletti (min. 88)

s.c.

Arbitro: Muñiz Fernández

Tarjetas amarillas: Viera, Cygan, Josemi, Senna, José Mari, Luccin, Perea, Leo Franco, Galletti y Costinha.

Tarjetas rojas: Pires (min. 85).

Goles: 0-1: Eller (min. 31).

EL MADRIGAL. 15.000 ESPECTADORES.

VILLARREAL.- Ya lo cantó Joaquín Sabina. Él lanzó el aviso, pero nadie le hizo caso. En su letra del centenario del Atlético, compuso una estrofa memorable: 'Qué manera de soñar, qué manera de vencer... Qué manera de palmar'. Ayer, sus predicciones se hicieron realidad en su equipo del alma y, de paso, se adaptaron a la piel de su adversario. Hasta en eso es diferente el equipo colchonero.

Existe una regla no escrita que dice que, cuando un jugador está tendido en el campo, debe lanzarse el esférico fuera como acto de cortesía. O el Atlético desconoce esta norma, o es que ayer no quiso hacerla efectiva. Los colchoneros vencieron al Villarreal gracias a un tanto, eso sí, legal, precedido por la lesión de Guille Franco. Eso provocó que hasta el presidente del club amarillo, Fernando Roig, bajara al túnel de vestuarios en busca de explicaciones.

La única certeza es que los tres puntos volaron al casillero rojiblanco. Y eso significa que los villarrealenses deben comenzar a sacar sus pañuelos, secar sus lágrimas y despedirse de Europa. Ahora parece una quimera tras perder ayer ante un rival directo. El gol de Eller fue la puntilla a una irregular temporada.

Los amarillos temblaban. Tenían pánico y eso les llevó a ser imprecisos en cada una de sus acciones. Hasta que Josico se cansó. Un veterano como él nunca tiene miedo. Tomó las riendas y, por milímetros, no abrió el marcador con un delicioso taconazo. Aún así, aquella acción no impidió que los colchoneros siguieran a la suya, realizando una marcha militar rumbo a la portería villarrealense. El comandante Aguirre es inteligente. Sabe que si en algo falla el Villarreal, es en su juego aéreo. Su estrategia, por tanto, no podía ser otra que colgar balones. Sabía que no fallaría. Uno tras otro, sin descanso. No había forma de contrarrestar esa táctica, en gran medida porque los amarillos no pudieron hacer lo que mejor saben: mover constantemente el balón.

Sólo hacía falta que apareciera el jardinero y los segara. Eso sí, hizo acto de presencia con las manos llenas de porquería. Guille Franco estaba dolorido sobre el césped por una lesión, pero ningún jugador atlético pareció percatarse de eso. Ni tampoco el colegiado Muñiz Fernández. Por eso Agüero no lanzó el esférico fuera, pero sí al área. Y allí, Eller no erró y marcó de cabeza. Sí, es un gol legal. Pero es un gol repleto de insolencia y, sobre todo, mala educación. Sus futbolistas tienen hoy tres puntos más en su poder, pero la conciencia sucia.

Tanta era la indignación del Villarreal que su presidente, Fernando Roig, acompañado de José Manuel Llaneza y Fernando Roig Negueroles, sus dos ojos en el club, bajaron al túnel de vestuarios tras el final de la primera mitad. Más tarde, ya en el palco, todos ellos hablaron acaloradamente con el representante rojiblanco, Lázaro Albarracín, que ponía cara de circunstancias al comprobar que la directiva amarilla tenía la sensación de que le habían insultado en su propia casa.

La batalla, eso sí, se desarrolló en el campo. Y ahí, los villarrealenses comenzaron a templar la angustia, aclarando un poco, muy poco, las ideas ante un rival muy concentrado en defensa que no supo aprovechar sus ocasiones al contragolpe. El Villarreal se lanzó a la desesperada dando entrada a José Mari y Pires. Sin embargo, si no hay claridad, si no hay un mínimo de estabilidad, es imposible anotar. Esa fue la tabla de salvación del Atlético, ya que el cuadro amarillo fue incapaz de hacerle sufrir ni un solo instante. Y eso que Viera le detuvo un penalti a Torres -que ya ha fallado cuatro en la presente Liga, además del de la tanda de penaltis en Levante- a poco del final. Lo dicho, qué manera de perder...