Quizá esta carrera se pueda resumir con dos claves determinantes, sobre todo después de comprobar que en los entrenamientos, las prestaciones de Alonso hacían presagiar una carrera con posibilidades de verlo brillar.
La primera clave fue la salida, en la que los dos Ferrari cometían el error sucesivo de abrirse para facilitar el paso, primero a Fernando Alonso, y después a un Lewis Hamilton que, claramente, ha nacido para esto, y que no desaprovecha una ocasión cuando se le presenta.
La segunda, que Felipe Massa no es un top driver. Sus errores de precipitación y nerviosismo en sus intentos de sobrepasar a Hamilton le hicieron salirse de la pista y perder, con ello, toda esperanza de victoria.
Así las cosas, todo se le puso de cara a la escudería McLaren, pero había que llegar hasta el final de la carrera en el horno malayo. La verdad es que los McLaren llevan sumados 32 de los 36 puntos posibles en dos carreras, que es mucho más de lo que podían soñar hace tan sólo tres semanas, y están demostrando ser el equipo mas sólido de la parrilla, con dos pilotos magistrales que componen la pareja mas equilibrada del Gran Circo desde hace muchos años, y con una capacidad de trabajo, adaptación y superación encomiable.
Salvo las tres o cuatro primeras vueltas, lo cierto es que la carrera no fue muy vistosa, pero volvió a ser fantástica y contundente para Alonso y Hamilton.
Fernando ya nos tiene acostumbrados -incluso malacostumbrados-, a no cometer errores y a rodar igual de bien con presión que sin ella, pero en este Gran Premio, el novato Hamilton ha brillado con más luz que en Australia. Efectivamente, en la salida se colocó detrás de Raikkonen, y en cuanto vio que éste no le cerraba la puerta, se tiró a su derecha ganándole la posición como un maestro y emparejándose con Massa. Luego aguantó al brasileño y, sin titubeos, le pasó por fuera en la segunda curva.
Kimi Raikkonen hizo su carrera, conservó un coche algo tocado y demostró una frialdad que hacía tiempo no utilizaba, pero no pudo hacer más.
Aunque sea aún muy pronto, lo cierto es que con dos pilotos así, y si McLaren sigue evolucionando sus monoplazas como lo está haciendo hasta ahora, podemos empezar a soñar con el tercer título de Alonso, porque si una cosa ha quedado demostrada este fin de semana ha sido que el equipo McLaren -al completo-, ha funcionado como un reloj suizo. Ya lo dijo Fernando en su comunicación por radio al final de la carrera, y lo reiteró en la rueda de prensa, en la que recordó expresamente el trabajo de Pedro Martínez de la Rosa.
El Gran Premio de Bahrein -el próximo domingo- se pone interesante: o recupera Ferrari algo de la diferencia que le han sacado, o, de aumentar ésta, empezará a cundir el nerviosismo en la escuadra italiana.