Acciona y Enel han comprado en los últimos meses el 46% del capital de Endesa a un precio inferior a los 41 euros que ahora ofrecerán por el resto, por lo que los accionistas que les vendieron sus títulos pueden sentirse perjudicados, según fuentes del equipo de combate de la eléctrica. Según su versión, en esta ocasión puede ser aún más fácil lograr la suspensión que en el caso de Gas Natural, en el que también lo logró Endesa por presunto pacto ilegal de reparto de activos con Iberdrola.

Enel y Acciona controlan ya en la práctica el 51% de Endesa, pero sus derechos políticos son sólo del 3% mientras no logren autorización gubernamental y, después, de sólo el 10%, por los estatutos de la eléctrica. Esa perspectiva ofrece a Pizarro un frente de batalla de muchos meses en los que puede enfangar la operación como en los viejos tiempos. Además de la Audiencia Nacional, el pacto hispano- italiano deberá pasar por el control de la Comisión Europea.

Otra segunda opción complementaria es la publicada el pasado sábado por el diario italiano Finanza i Mercati. Se trataría de una OPA de Endesa sobre Enel como maniobra defensiva. Esta fórmula ha sido barajada ya por Pizarro, pero tendría que tomar una decisión esta semana, antes de que lancen su OPA Acciona y Enel y el consejo de administración de Endesa se vea obligado a mantener un deber de pasividad legal. El efecto sería atómico. Supondría enfrentarse al Gobierno italiano, que mantiene una acción de oro sobre Enel, pero la Comisión Europea saldría a favor de Pizarro, porque cualquier maniobra política en contra de Endesa sería ilegal, como lo fue también impedir al BBVA que comprara la Banca Nazionale del Lavoro.

Además, esta iniciativa pondría en evidencia que no existe reciprocidad en Italia y el Gobierno español no podría otorgar fácilmente derechos políticos a Enel en Endesa. Es más, la falta de reciprocidad fue uno de los argumentos del mismo Gobierno de Zapatero para poner trabas en su momento a la OPA del grupo alemán E.ON.

Pero sería una jugada muy fuerte, financieramente arriesgada -supondría más de 30.000 millones de inversión como mínimo- y políticamente explosiva. Un portavoz oficial de Endesa negó ayer fundamento a la información del diario italiano, aunque otras fuentes consultadas aseguran que es una opción que se mantiene sobre la mesa de Pizarro.

El Partido Popular -con influencia decisiva en Caja Madrid, socio de referencia de Endesa- apoyaría políticamente la OPA de Endesa sobre Enel, según fuentes del partido que preside Mariano Rajoy. Éste se ha posicionado frontalmente en contra del pacto hispano-italiano, porque encierra, en su opinión, dos pecados capitales para una empresa estratégica como es Endesa: su troceamiento y la entrada de capital público una década después de que el propio PP impulsara su privatización total. El actual director gerente del FMI, Rodrigo Rato, aún recuerda cuando su entonces homólogo, el ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, le pidió información sobre la acción de oro sobre Endesa para imitarla en Enel. Especialmente, la disposición que limitaba al 3% la entrada de inversores no deseados por el Gobierno italiano. Que la eléctrica española pase a control de una empresa italiana con capital público y, además, con acción de oro copiada de Rato es excesivo para Rajoy.

Pero en el PSOE tienen la visión contraria. La secretaria de Política Económica y Empleo del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, dijo a Servimedia, que ya sea porque lo decida el Consejo de Ministros, tras la solicitud de Enel, o por un cambio en la legislación, que «está recurrida» por la UE, la eléctrica italiana podrá ejercer sus derechos en Endesa.

«Es lo razonable en un horizonte temporal a corto plazo», mantuvo Rodríguez-Piñero, y «es lo que estábamos todos esperando que se produjera, pues hay pronunciamiento muy claro por parte de la Comisión Europea» contra la limitación de derechos políticos y es algo que, «además, parece que tiene sentido».

Bruselas recurrió esa norma y para el PSOE «lo razonable es que eso se corrija» y la norma se adaptará en función de los tiempos que requieran el Gobierno y el Parlamento. Rodríguez-Piñero defendió que el pacto entre Enel, Acciona y E.ON no implica trocear Endesa, y apuntó que «todo el mundo sabía que una OPA, fuera cual fuera el resultado final, iba a implicar una desinversión en activos por las propias reglas de la competencia».