'LUCHA ARMADA'

ETA sostiene en varios apartados de la entrevista su convicción por mantener la violencia terrorista como instrumento político. «[...] ETA seguirá luchando hasta conseguir sus objetivos fundacionales. No queremos abrir ningún debate. Hoy, y en las condiciones que vive nuestro pueblo, pensamos que siguen vigentes las razones para utilizar la lucha armada y mientras sea así seguiremos en ello. Una cosa es ofrecer un cese de las acciones, ya que entendemos que esto es también un instrumento de nuestra lucha, porque entendemos que el enemigo o la otra parte también entra en una situación de alto el fuego o de distensión. Pero otra cosa bien distinta es reflexionar que practicar la lucha armada no es necesario». Los terroristas señalan en el inicio de sus declaraciones esos objetivos políticos: «Es conocido que nuestro objetivo es una Euskal Herria libre y socialista y que luchamos por ello».

BATASUNA EN LAS ELECCIONES

ETA asume el criterio judicial que incluye a Batasuna dentro de su estructura cuando, por ejemplo, se le cuestiona sobre la Ley de Partidos y la ilegalización. «¿Ilegalización? No nos sentimos ilegales, aunque una legalidad extranjera que no aceptamos nos quiera hacer creer eso». Y emplaza a la eliminación de la Ley de Partidos, que junto al respeto a la Constitución constituyó uno de los ejes de la declaración realizada por Rodríguez Zapatero el pasado 29 de junio con la que oficializaba el inicio de las negociaciones con la organización terrorista.

ETA traslada un preocupante mensaje respecto a la exclusión de la izquierda abertzale de las próximas elecciones municipales y forales del 27 de mayo. «ETA no puede imaginarse unas elecciones sin la izquierda abertzale. Celebrar unas elecciones no democráticas sería apostar por alargar el conflicto». «ETA lo tomaría muy en cuenta», sentencian los dos encapuchados.

EL ATENTADO DE LA T-4

La banda armada ya había realizado dos pronunciamientos anteriores sobre el atentado que llevó a cabo horas después de que el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, transmitiera un optimista mensaje sobre la evolución del denominado proceso de paz. Los encapuchados obvian cualquier referencia al asesinato de los dos ciudadanos ecuatorianos y niegan cualquier responsabilidad, tanto en el hecho como en la inexistencia de un anuncio previo. «Barajas fue una acción armada de respuesta a los ataques permanentes del Gobierno español. Por medio de esa acción, ETA dio una respuesta a la actitud mantenida por el Gobierno español durante ocho meses [...]». «Con la acción de Barajas, ETA intenta reconducir el proceso y envía un mensaje claro al Gobierno español para que reflexione: que es necesario respetar los compromisos para que pueda desarrollarse un proceso de resolución del conflicto».

La banda armada va más allá intentando convertir la colocación de 500 kilos de explosivos en un acto de «responsabilidad». «ETA no ha roto nada, nuestra intención ha sido la de influir para que el proceso avance con bases más sólidas», señalan los encapuchados. «Lo que da credibilidad es dar pasos que sean coherentes con un proceso de resolución del conflicto».

Pese al atentado, ETA insiste en que aún se halla vigente el mencionado «alto el fuego permanente», en el que ha incorporado las «respuestas puntuales», como califica a acciones violentas como el atentado de la T-4 o las que presuntamente preparaba el reorganizado comando Donosti. «ETA confirma hoy todos los compromisos del 24 de marzo [sic]. Es más, si desaparecen los ataques contra Euskal Herria, en ese contexto tenemos la disposición absoluta de tomar compromisos firmes con un escenario de ausencia de violencia, desactivando incluso la opción de respuestas puntuales en una situación de alto el fuego».

LOS «COMPROMISOS»

Durante la entrevista, la organización armada reitera la existencia de «compromisos» asumidos por el Gobierno y que habrían dado pie a la declaración de «alto el fuego permanente» anunciada por ETA el 23 de marzo de 2006. Un argumento utilizado también por portavoces de la ilegalizada Batasuna como Pernando Barrena, y que ha sido negado desde el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. «ETA puede confirmar que ha cumplido todos sus compromisos durante estos meses. El Gobierno español no puede decir lo mismo».

«Había un compromiso por ambas partes de que se daría una distensión, como requiere cualquier proceso de resolución».

«El PSOE y el PNV ha usado sus instrumentos represivos para debilitar la posición de la izquierda abertzale de cara al acuerdo político, han obstaculizado la negociación política y han estado ofreciendo salidas falsas a la izquierda abertzale. Esta visión y esa actuación son las que han llevado al proceso a la situación actual de bloqueo, porque están desvirtuando el sentido del proceso escondiendo el contenido político».

LOS EFECTOS DEL 11-M

ETA destaca la importancia que para su estrategia tuvo el atentado del 11 de marzo, al que alude como «varios acontecimientos». Los terroristas reconocen que realizaron una «lectura» del cambio que en la política territorial de España podía acarrear la llegada al Gobierno del nuevo PSOE de Rodríguez Zapatero. «Los ataques armados del 11-M en Madrid acabaron con ocho años de Gobierno de Aznar, y el PSOE llegó al poder. [...] Al analizar cómo afectaría ese cambio al conflicto que padece Euskal Herria, preveíamos que iría en función de la voluntad de los nuevos líderes del PSOE. Éste fue uno de los factores».

La organización terrorista mantiene la esperanza de que la renovación de los Estatutos de autonomía defendida por el PSOE en la campaña electoral favorezca sus objetivos. «Las declaraciones del PSOE y el 'talante' de Zapatero reflejaban voluntad para cambiar. Así, ETA entiende que hay intención de poner en marcha un segundo proceso de reforma en el Estado español. Podíamos interpretar que esa reforma traerá la resolución definitiva del conflicto entre Euskal Herria y el Estado español».

LA NEGOCIACION POLITICA

La organización terrorista sostiene la validez de la propuesta de Anoeta, realizada por la ilegalizada Batasuna, en la que se plantea la constitución de una mesa «técnica», compuesta por la banda terrorista y el Gobierno, y otra «política», integrada por los partidos vascos incluida la izquierda abertzale. «La sociedad vasca sabe perfectamente que las llaves para resolver el conflicto son la territorialidad y el derecho a decidir. El debate político está situado en esos términos y así hay que abordarlo». «El Gobierno español tendrá que decidir si cierra la puerta a un proceso de resolución del conflicto o si apuesta por dar una salida política a un largo conflicto». «El Gobierno de Zapatero, si quiere, tiene todo el margen del mundo». «Hemos llegado aquí por medio de la resistencia. Ahora todos aceptan que hay que dar una salida política y negociada al conflicto, y que esa salida negociada política debe traer un cambio del marco político impuesto».

EL GESTO CON DE JUANA

ETA califica de «chantaje» la política penitenciaria y las decisiones judiciales, y rechaza que el cambio de grado penitenciario otorgado al etarra De Juana durante su huelga de hambre constituya un paso del Gobierno. «El Gobierno español ha querido utilizar a los presos como moneda de cambio en la negociación con ETA. Pero la lucha popular ha conseguido traer a Iñaki [De Juana] a Euskal Herria. Y la lucha de todos logrará cambiar su política hacia el Colectivo de Presos». «Por parte del Gobierno se ha tratado de un gesto que se han visto obligados a hacer ante una situación creada por ellos mismos. Un gesto que ha llegado tarde».

EL PNV DE IMAZ

ETA descalifica la colaboración que presta el PNV a la estrategia del Gobierno de Zapatero y califica a Josu Jon Imaz y a Iñigo Urkullu de «portavoces de Moncloa». «El PNV de Imaz ha actuado con la misma estrategia de intentar realizar un nuevo fraude a Euskal Herria. [...] Ha puesto a la Policía Autonómica española al servicio de la estrategia marcada por el Gobierno español». «Pero también somos conscientes de que dentro del PNV hay actitudes diferentes. Están quedando de manifiesto y eso es bueno para Euskal Herria».