De forma inminente, el presidente sólo contempla un brevísimo desplazamiento a Francia, en concreto a la ciudad de Toulouse, el próximo día 19, donde Zapatero actuará como principal estrella invitada en el mitin de la candidata socialista a la Presidencia de la República, Ségolène Royal.

Esta incursión en la campaña francesa se cerró hace menos de una semana. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, recibió una llamada telefónica de Royal el pasado martes, justo cuando paseaba por las calles de La Habana vieja en compañía del canciller cubano Felipe Pérez Roque. Apenas unas horas más tarde, el equipo de Royal anunciaba la visita del presidente del Gobierno español.

Rodríguez Zapatero ya acudió hace dos años a la ciudad francesa de Lille para participar en el mitin de cierre de campaña de los socialistas galos en favor del sí a la Constitución Europea.

Sin embargo, este tipo de viajes se circunscriben al ámbito partidario mucho más que a la estrategia básica de la política exterior. En este terreno, la agenda de Zapatero siempre ha sido muy coja. Al margen de las cumbres bilaterales y multilaterales de obligado cumplimiento, las visitas al exterior han sido muy escasas.

América Latina, por ejemplo, sigue siendo una región todavía inexplorada para Zapatero, quien sólo ha visitado Argentina, Colombia y Venezuela de manera fugaz. El presidente se ha desplazado además a Uruguay y México para acudir a cumbres internacionales.

Ahora, previsiblemente para primeros del mes de julio, se prepara el viaje oficial a México que debería, además, por insistencia de Exteriores, incluir un salto a Panamá.

La visita a México es de la máxima importancia habida cuenta que este país es el principal enlace entre EEUU y América Latina y que sus relaciones con España y con la Unión Europea en todos los ámbitos son de primer nivel.

El salto a Panamá, uno de los países menos recurrentes en la relación diaria entre España y América Latina, será, si finalmente se lleva a cabo, todo un acierto en la estrategia de Madrid hacia Latinoamérica. Dos son las claves que demuestran la importancia de esta visita: las oportunidades impresionantes de negocio que ofrece la ampliación del Canal y la creciente influencia del presidente Martín Torrijos en toda la región.

El proyecto de ampliación del Canal de Panamá fue anunciado hace un año por el presidente Martín Torrijos. Se trata de construir un tercer juego de esclusas (en el lado del Atlántico y en el lado del Pacífico) y ampliar el cauce de navegación a fin de permitir el paso de buques tamaño Post-Panamax que, en la actualidad, no pueden utilizar esta vía de conexión entre los dos océanos que ahorra miles de kilómetros en las rutas marítimas entre el Este y el Oeste.

La Autoridad del Canal de Panamá calcula que la inversión necesaria para llevar a cabo este proyecto, que ya ha sido aprobado en referéndum nacional, superará los 5.250 millones de dólares. Francia y EEUU han empezado a tomar posiciones y España no puede esperar.