John Jairo Romero fue el primer homosexual que logró la condición de refugiado político. Fue en 2004, a los pocos meses de la llegada al poder del PSOE. Este inmigrante colombiano activista de los derechos humanos se tuvo que exiliar en España tras sufrir amenazas y persecución en su país natal por su condición de homosexual.
El principal motivo que le obligó a salir de su nación fue su participación, mediante sus denuncias e investigaciones, en un proceso que condujo a la cárcel a tres policías de Bogotá por asesinar a varios jóvenes homosexuales que se prostituían.
Aunque uno de los tres policías fue condenado a 25 años de cárcel, ahí empezó un calvario para Romero. Las amenazas no cesaban y un día intentaron tirotearle en la calle.
Romero buscó ayuda en España y tuvo suerte, ya que consiguió el estatuto de refugiado político. Hasta ahora, el Ministerio del Interior ha concedido en contadísimas ocasiones el asilo político por motivos de persecución de género.
Desde la Cear informaron de que en los últimos años se ha producido una cierta apertura y cada vez se reconocen más casos. En septiembre del año pasado, una pareja de mujeres activistas colombianas también recibió el estatuto de refugiadas.
La Cear confía en que el cambio de la ley no se quede sólo en una mera reforma, sino que vaya acompañada de instrumentos que permitan su aplicación real.
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