A los 15 años, «después del congreso de Zapatero, en junio de 2000», le pidió a su padre, también metido en la faena política, afiliarse. «Empecé en Juventudes Socialistas». De Soto, donde vivía, a Madrid siempre que el compromiso lo requería. «Hasta que vi la posibilidad de montar un grupo de Juventudes en mi zona». Paso a paso su nombre empezó a sonar.

Y en mayo de 2003, le propusieron ir de número dos en las listas. «Fue una sorpresa, pero tenía ganas de trabajar». Del 14% pasaron al 29%, de dos a cuatro concejales. El pasado enero le llegó un nuevo empujón político. Lo eligieron candidato para intentar arrebatar el Consistorio al PP. No le da vértigo coger las riendas: «Para eso hemos estudiado y nos hemos formado. Además, tengo un equipo que me cubre muy bien en todas las áreas».

Son las 12.00 horas, llueve y en la sede del PSM el trajín preelectoral se respira. Con chaqueta gris marengo y pantalón vaquero beis, detrás del discurso de Juan se esconde un chaval normal al que le gusta pasear por la sierra y estar con los amigos. Apuesta por una política serena, donde la discrepancia ayude a crecer, pero nunca sea excusa para el insulto y la crispación. Admira a Zapatero, de quien le sedujo «su energía y su forma de hacer política». Le gusta hablar en público y se nota, aunque últimamente se ha visto en algún apuro. «Hace un par de semanas, me arropó gente del partido -entre ellos, Miguel Sebastián, candidato a la Alcaldía de Madrid- y lo que dijeron de mí casi me deja sin habla».

Ahora, en campaña, será él quien tome la palabra. «Como primera medida, queremos hacer 300 pisos de protección oficial. En 16 años, no se ha hecho ninguno en Soto». El Ayuntamiento de esta localidad de 8.200 habitantes maneja un presupuesto de siete millones de euros. Su otra gran apuesta es una «educación pública de calidad», con especial atención a infantil. «Hay 400 niños censados en el pueblo entre cero y tres años y sólo hay una escuela infantil municipal». Y en Urbanismo aboga por un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) «sensato, moderado y lógico».

Se muestra optimista sobre los resultados en la Comunidad. «Van a estar ajustados». Ahí va su petición: «Que la gente que cree en los servicios públicos salga a defenderlos el 27 de mayo». En casa, apuesta por un Soto del Real «tranquilo, con calidad de vida y respetuoso con el medio ambiente». Y sólo tiene 22 años.