Para traspasar el umbral de la realidad e introduciros en este mundo que se esconde tras la sábana blanca sólo es necesaria una cosa: vuestra sombra, «¿La habéis traído?». La primera reacción del niño es mirar al que tiene al lado para comprobar que su compañero, con una corta experiencia como él en la vida de adulto, pero cinco años merodeando la fantasía, asiente con convicción. «Yo también», grita Eduardo. «Entonces estáis preparados para entrar». Eduardo se coge de la mano de su osado amigo y con sus otros compañeros de colegio dejan atrás objetos y rostros de carne y hueso para adentrarse en un mundo hecho a su medida, donde reina la imaginación y la luz modela la sombra a su antojo. Escenarios pintados a mano, personajes con ojos huecos unidos por sus articulaciones, que les miran desde su silueta, animales, soldados, reyes y bailarinas esperando la mano y la luz que les insufle vida. Todo ello compone la hermosa exposición Un mundo de figuras de sombra, que ha traído hasta el Centro Cultural de la Villa el teatro italiano Gioco Vita. Se presenta como un homenaje a Lele Luzzati y se podrá ver en este espacio hasta el próximo día 13 de mayo.
La relación artística entre el escenógrafo e ilustrador y la compañía Teatro Gioco Vita dio como resultado ocho montajes y numerosas colaboraciones. Los objetos y materiales que se presentan en la exposición reviven aquellas experiencias. Cada pantalla del teatro de sombras se convierte, casi por arte de magia, en un nuevo universo, con sus personajes y poblaciones de muñecos que cobran vida, como tocados por el pincel de la luz.
En el taller, los niños construyen un teatro de sombras con tijeras, una linterna y su imaginación. Bárbara, aburrida, se sale de los límites del teatro y descubre que la pared, bañada de luz, recibe entusiasmada incluso su propia sombra.
Ese pequeño gesto de la niña recuerda remotamente a aquel Teatro Gioco Vita de la década de los 70 que salía buscando la calle. «Entonces, los viandantes se convertían en actores. Llevábamos el teatro a las escuelas, a los hospitales. Era más una animación teatral que cualquier otra cosa», recordaba Maj.
En el año 1976, en un festival de marionetas celebrado en Francia, se toparon de bruces con el teatro de sombras orientales, que les enseñó el camino. A partir de entonces, empezaron a experimentar con la fantasía y la luz. «De ahí nació la idea de dejar la calle y volver al escenario para crear un espectáculo: el teatro de sombras». Bárbara, cansada de la soledad de la pared, vuelve a introducirse en el juego de sus compañeros.
El problema es que todos quieren colocarse detrás del escenario improvisado y convertirse en los animadores de la fiesta, pero a su vez desearían ver los efectos de su actuación al otro lado, así que el final es una marea de pequeñas manos revoloteando sobre las tablas y decenas de cuellos estirados en busca de su sombra.
Un mundo de figuras de sombra. Hasta el 13 de mayo, en el Centro Cultural de la Villa (Plaza de Colón).
Maestro múltiple del espacio
«Hay una sombra en mi vida, ésa es la del Teatro Gioco Vita». Estas palabras fueron pronunciadas una vez por el maestro Lele Luzzati (1921-2007). Corría la década de los 70, cuando colaboraba con la compañía de Piazenza (Italia).
Era, sin duda, un artista polifacético. Pintor, ilustrador, escultor, escenógrafo, ceramista, dibujante de libros para niños, autor de películas de animación, la inquietud artística del genio genovés no conoció límites. Luzzati trabajó para algunas de las mejores compañías teatrales del mundo y realizó, en total, más de 400 escenografías de danza, teatro y ópera.
Durante toda su carrera, Luzzati consiguió mezclar diversas técnicas pictóricas para crear un lenguaje personalísimo, reconocible fácilmente. A través de esa fórmula creativa, con cada propuesta reinventaba las formas teatrales partiendo del uso del espacio, el color y los materiales, como la terracota o el papel. El maestro del espacio destacó especialmente al emplear el idioma universal de la infancia y adaptarlo a su mundo fantástico.
El monográfico que le dedica estos días el Centro Cultural de la Villa -sólo habrá talleres hasta el 15 de abril- exhibe manifiestos, bocetos, escenas originales, material audiovisual y fotográfico, fruto de la colaboración entre el artista y la compañía Gioco Vita.