Tal vez eso explique lo que sucedió el pasado 27 de marzo en la Escuela Superior de Spearsville, en el norte del estado de Luisiana. Aprovechando una reunión de profesores que les dejó sin ningún supervisor, dos niñas de 11 años y dos niños de 12 y 13 decidieron mantener relaciones sexuales en mitad de clase, delante de sus compañeros. Dos de ellos las tuvieron, mientras que la otra pareja se limitó a desnudarse y a acariciarse. Y todo en 15 minutos. Un quinto estudiante, de 11 años, haciendo gala de un notable espíritu de sacrificio, se ofreció como voluntario para montar guardia a la puerta del aula y avisar a sus compañeros en el caso de que algún docente reapareciera.

Los profesores no llegaron. Pero los cinco niños pueden pagar cara su pequeña orgía en público. Los jóvenes fueron arrestados la semana pasada y han sido expulsados de la escuela. Ahora están con sus familias, tras haber pasado una breve estancia en las dependencias del sheriff de la parroquia de Union (en Luisiana, como herencia de la colonización francesa y española, las divisiones administrativas locales se llaman parroquias en lugar de condados, como en el resto de Estados Unidos). Han sido acusados formalmente de cometer actos obscenos y, en el caso del vigía, de cooperación para realizar un delito. Ahora están pendientes de comparecer ante un tribunal de menores. Al ser menores de edad, sus nombres e identidades no han sido desvelados.

El caso trascendió por pura casualidad. Porque en el aula había 10 estudiantes, lo que indica que cinco de ellos se limitaron a ser espectadores del show porno. Ninguno avisó a los profesores. Pero, al día siguiente, uno de ellos comentó durante el recreo lo que habían hecho sus compañeros. La voz pronto se extendió y, finalmente, las autoridades escolares se enteraron del tipo de actividades extraacadémicas que desarrollaban, con carácter voluntario, los estudiantes de la Escuela Superior de Spearsville.

El sheriff -que es la máxima autoridad policial de la parroquia- Bob Buckley, reaccionó ante el escándalo con un estoicismo impecable. «Después de 44 años en este trabajo, ya no me sorprende nada, aunque esto ha estado muy cerca», declaró.

Buckley, en un alarde de optimismo, explicó que espera que la noticia sea positiva para Union. «Si es favorable, sería grandioso, aunque sé por experiencia que las buenas noticias, por definición, no venden», aseguró. Buckley no ha especificado cómo piensa que Union puede rentabilizar la información, salvo en el caso de que trate de aumentar el turismo de pederastas a la zona. Ayer por la noche, una búsqueda en google.com de las palabras Spearsville y sex (sexo en inglés) daba 32.400 documentos.

Contrariamente a Buckley, la reacción del profesorado fue de estupor. «¿En qué se está convirtiendo el mundo cuando los niños pueden tener relaciones sexuales en clase sin que nadie se dé cuenta?», declaró uno de ellos, cuya identidad no quiso dar a conocer a la agencia de noticias Associated Press.

Para ver en lo que se está convirtiendo el mundo, el profesor en cuestión no tendría más que mirar a su alrededor en EEUU, un país con una moral incomprensible para los europeos, en el que las cadenas de televisión modifican con trucos digitales una escena de la película Apocalypse Now para que no se vea que uno de los soldados que protagonizan el filme está viendo un ejemplar de la revista Playboy, pero en el que, al mismo tiempo, la edad media de iniciación sexual es de 16 años.