FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
En su trimestral condena de confianza a Zapatero, Pedro J. hacía ayer votos por que la exitosa operación contra la miopía física del presidente del Gobierno se tradujera en una paralela curación de su miopía política. Yo creo que es inútil tanta oftalmología: de nada sirve reparar la miopía política cuando se padece una ceguera moral tan absoluta como la que aqueja al inquilino de La Moncloa. Y en sólo una semana hemos tenido tres pruebas atroces, tres, de esa ciega desvergüenza zapaterina.
La primera ha sido la miserable exhibición totalitaria del Ayuntamiento de Ermua, con el otrora redondista y hoy cobardista Totorika a la cabeza, que ha declarado algo así como persona non grata a la muy jurídica y política del Foro Ermua. Además de ilustrar el envilecimiento del PSE durante el zapaterismo, eso de prohibir el uso del nombre del pueblo a quienes tanto lo dignifican luchando por la libertad es una fórmula típica de las dictaduras de ayer y hoy. Nada le gusta más a un tirano, nazi o euskonazi, socialfascista o retrofranquista que privar a sus enemigos políticos de la nacionalidad, que en rigor se reduce a privarles del gentilicio y del patronímico, de ese nombre que con el tirano comparten. Condenar desde el mismo pueblo de Miguel Angel Blanco a los que siguen combatiendo el terrorismo y la sumisión a los terroristas es, obviamente, el peaje que pagan muchos políticos locales al nacionalismo para que les perdone la vida, física y política, vil sumisión que aunque no tenga garantías siempre produce esperanza y alivio. Pero, sobre todo, es una prueba de la degeneración ética de buena parte de la sociedad vasca y española y muy especialmente de la ciega abyección moral que caracteriza a la Izquierda zapaterista, donde toda felonía liberticida y antiespañola obtiene recompensa.
Naturalmente, si se prescinde de la ética para oponerse al chantaje terrorista, si es preferible compincharse con los verdugos y cargar contra las víctimas en vez de apoyar a las víctimas y combatir el terror, prescindir de la ley en materia económica es pecata minuta. Siempre ha sido menos grave robar que matar, aunque ahí está el GAL para demostrar que en el PSOE contemporáneo no son hazañas contradictorias. Ayer, Cartera Central con los Albertos; hoy, Endesa con los Entrecanales; el caso es entender la política como algo compatible con la cleptocracia. Por último, lo peor entre lo malo, está el 11-M. De ahí viene el poder de ZP y todas las bazas brindadas desde entonces a ETA, que ayer reconocía abiertamente la importancia de la masacre en el proceso. Hoy vuelve el juicio sobre la mayor estafa política, mediática y judicial de nuestra Historia. Hoy Zapatero volverá a obstaculizar la acción de la Justicia. ¡A la vista está!
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