En el espectro de la televisión espectáculo del mundo árabe, Hala Sarhan intentó siempre emular a la conocida presentadora norteamericana Oprah Winfrey. Durante años, esta antigua profesora egipcia de ballet y arte dramático, se convirtió en uno de los rostros más populares de la pequeña pantalla regional con su conocido programa El Show de Hala, que se emitió primero a través de Arab Radio y Television (ART), después en Dream TV y últimamente en Rotana TV.
Un personaje que atesoraba polémicas al abordar en sus emisiones asuntos tabúes tanto de la vida sexual de sus conciudadanos árabes como de la realidad política. Así, por ejemplo, en el año 2002, una hora de discusión televisada sobre la masturbación le reportó una avalancha de críticas y una seria advertencia del Gobierno egipcio.
Memorable fue también aquel programa que dedicó a discutir junto a clérigos una fatua (edicto religioso) del jeque Abdel Muhdi Abdel Kader de la reconocida Universidad Al Azhar de El Cairo -la máxima institución religiosa de los musulmanes suníes- en la que se defendía una curiosa práctica: la obligación de toda fémina de dar el pecho a cuanto empleado masculino tenga en su domicilio para así considerarlos como sus hijos y evitar la tentación de que esa relación derive en contactos sexuales. Por supuesto, la emisión acabó casi en trifulca.
Su estilo displicente propició en el año 2003 su despido fulminante de Dream TV, el primer canal privado de Egipto en el que se desempeñaba además como vicepresidenta, después de que varios de sus invitados criticaran las políticas del régimen que lidera Hosni Mubarak e incluso se atrevieran a descalificar las opciones presidenciales de Gamal Mubarak, el hijo del mandatario.
Ex periodista de la Voz de América, Hala se ha significado durante más de 25 años de profesional como una connotada defensora del islam más progresista. «Todo el mundo se pone el velo. Lo que yo quiero es quitar los velos que cubren nuestra sociedad, develar las ideas», afirmó en una ocasión.
Sin embargo, su último escándalo parece haber excedido todos los referentes locales hasta el punto de que no sólo se ha convertido en un fenómeno mediático en la región, sino que le ha obligado a exiliarse en Reino Unido.
La génesis de tan monumental batahola fue la presencia, el pasado mes de febrero, en El Show de Hala, de tres supuestas prostitutas que aleccionaban al respetable sobre los usos y manejos de esa profesión en Egipto.
Las féminas afirmaban que tal desempeño les reportaba unas 1.000 libras al mes (135 euros) -el salario medio de un egipcio no llega a los 10 euros- y aducían que para conseguir la protección de la policía tenían que pagarles sobornos y aceptar sus exigencias sexuales.
Curiosamente, horas más tarde, el trío aparecía en Al Mahawar TV afirmando que en realidad eran actrices a las que se pagó unas 400 libras egipcias (53 euros) para simular toda la grabación.
Las muchachas aseguraron que El Show de Hala había arruinado su vida y anunciaron acciones legales contra la famosa presentadora, a la que exigen una indemnización de 100 millones de libras egipcias (13,5 millones de euros).
En las semanas subsiguientes, Mahawar TV y periódicos oficialistas como Al Ahram dedicaron una amplia cobertura a la controversia, lanzando toda clase de descalificaciones contra Sarhan. La locutora replicó con entrevistas en canales árabes donde reconoció que se había pagado a las protagonistas de la emisión, pero no para mentir, sino siguiendo la norma del canal. «¿Qué mujer estaría dispuesta a llamarse prostituta por menos de 40 dólares?», inquirió.
El debate ha adquirido una connotación política y los sectores más liberales del llamado país de los faraones han asumido la defensa de Sarhan, no por su cercanía al personaje -son muchos los blogs que descalifican su estilo «chabacano»-, sino por considerar que la acometida contra la presentadora es un intento por limitar aún más la precaria libertad de expresión que existe en esa nación.
La propia Sarhan ha asumido esa hipótesis y advirtió en una entrevista con el diario Al-Masry Al-Youm que su caso podría ser el primero de toda una ofensiva conservadora: «Sé que no seré la última».
LO DICHO Y HECHO
«Todo el mundo se pone velo. Y lo que yo quiero es quitar los velos que cubren nuestra sociedad»
1953: Nace en Port Said, Egipto, aunque dicha fecha ha sido cuestionada ante el secretismo que rodea la edad de la diva. 1980: Comienza su carrera televisiva. 1996: Alcanza la fama con 'El show de Hala'. 2003: Nombrada máxima responsable de Rotana Cinema TV en Egipto, un canal satélite propiedad del príncipe saudí Waleed Ibn Talaal. 2007: Protagoniza su último escándalo al entrevistar a tres supuestas prostitutas en Rotana TV.