Martes, 10 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6323.
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 CATALUNYA
Diferencias entre PP y Ciutadans
TERESA GIMÉNEZ BARBAT

A los de Ciutadans-Partit de la Ciutadania nos suelen sacar a menudo el espantajo del hombre del saco del PP. Mucho más que el del PSOE: estamos en un curioso país donde el mal siempre está más del lado derecho que del izquierdo gracias, todo hay que decirlo, a la dichosa «memoria histórica» que tan bien utilizan algunos y que ha calado en el inconsciente de la mayoría.

Y eso a pesar de que, en España, en los últimos 30 años, el peor radicalismo y el más continuado terrorismo han sido notoriamente de izquierdas. Que conste que yo califico a la manera de mi admirado Félix de Azúa que, en su Diccionario de las artes, en la entrada Arte, dice que arte (cito de memoria) es todo aquello que se expone en una galería de arte. O sea, todo aquello que quien lo vende define como tal. Teoría, por cierto, que no amplia de Azúa a otras de las artes cuando manifiesta que un partido radical (por separatista, claro) como ERC no es, en realidad, e ignorando lo mucho que insisten en ello, de izquierdas sino de extrema derecha.

Por eso, porque ese inconsciente colectivo hispano tiene inferido incluso en sus más preclaras mentes que el mal siempre viene del mismo lado nos acusan de cojear por ahí y hasta le sacan antiguas simpo-militancias peperas a nuestro presidente, Albert Rivera, que, bajo el peso de la parte alícuota que le toca de este maldito inconsciente, me lo tienen ahora con el escapulario de la UGT colgado del cuello.

Bien, pues fuera las patas de conejo y detentes bala: Montserrat Nebrera nos lo ha puesto, como se dice bien vulgarmente, «a huevo». Este magnífico fichaje del PP catalán (y lo digo sin el menor atisbo de ironía) pidió hace unos días, ante 400 simpatizantes reunidos en una cena, que su partido abandonase el mensaje ambiguo de las últimas épocas y se decidiera a ser lo que necesitan sus votantes. ¿Y que piensa que necesitan esos votantes, gentes a quienes define como «conservadores» y que no son «ni nacionalistas ni de izquierdas»? Pues «una cerrada defensa de la familia, del cristianismo y de la civilización occidental». Más claro, el agua. Esto es el PP. Y todo esto es lo que no es Ciutadans.

No somos conservadores: desde el principio hemos defendido la razón y la ciencia como principios ilustrados que se oponen al tradicionalismo decimonónico. También desde el principio hemos defendido la experimentación con células madre y no hemos puesto objeciones a la ley del matrimonio homosexual. Eso evidencia que tenemos un concepto no confesional de la dignidad de la vida humana que nos permite atender, con una práctica sensible e inteligente de la ciencia más avanzada, graves problemas que pueden sufrir algunas familias y que nuestra defensa de las mismas no sigue dictados estrictamente conservadores.

Porque, al igual que rechazamos las etiquetas izquierda/derecha que lo único que buscan es asignarnos a un bando de forma apriorística, tampoco etiquetamos nuestros valores como «cristianos» puesto que, felices herederos de nuestro legado cultural greco-romano y judeo-cristiano, abogamos por un humanismo secular que cree un espacio ético compartible por todos.

En un mundo que tiende irremediablemente a la globalización las etiquetas excluyen a quienes provienen de distintas culturas y religiones, y la generosidad, la solidaridad o la justicia son conceptos deseables y valorados en cualquiera de aquellas.Porque pensamos que «civilización» es un concepto útil para trazar grandes líneas culturales fijadas en la Historia pero no para tratar con la realidad actual de los hombres y de las mujeres de este planeta. Nosotros preferimos valorar los hechos en concreto: existen cosas que son civilizadas y cosas que no lo son. No lo son la confusión entre Iglesia y Estado, que la mujer valga la mitad que un hombre, una poligamia que rompe el equilibrio de sexos en una población o la reclamación que hacen algunos políticos de insolidarios «derechos históricos» para sus comunidades. No creemos, por ello, en buenistas alianzas entre personas desigualmente civilizadas. Ciutadans no es fácil de clasificar y no nos sentimos culpables por ello. No vamos a dejarnos situar donde quieran los demás: por nuestro Ideario nos conocerán; ahí está todo negro sobre blanco. Y, defensores de la claridad como somos, agradecemos que un partido como el PP exhiba las cartas de sus valores y concrete su lugar en un espectro político afortunadamente multidimensional.

Teresa Giménez Barbat es presidenta de la Asociación Ciutadans de Catalunya.

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