ANGEL VIVAS
MADRID.-
Hace poco más de dos años, Ernesto Pérez Zúñiga irrumpió con una primera novela de notable desparpajo, Santo diablo, una visión esperpéntica de la Guerra Civil, sus antecedentes y consecuencias, que se ganó los elogios de la crítica. Con su siguiente obra, El segundo círculo, ha ganado el premio Luis Berenguer. Editada por Algaida, la novela acaba de ser presentada por Carlos García Gual y Jesús Ferrero.
Al decir de García Gual, Pérez Zúñiga vuelve a demostrar su dominio de diversos recursos literarios: de la prosa poética que emplea en las descripciones, propia de los cuentos góticos, a la agilidad narrativa de la acción. Ambientada en un pueblo oscuro, semiabandonado y lleno de fantasmas y misterios, El segundo círculo deriva, dice García Gual, en una novela de terror bien dosificada y construida, «una novela impresionante con la que se pueden tener pesadillas».
Jesús Ferrero explicó que el novelista ha mezclado elementos de la realidad cotidiana con ese mundo fantástico (el título alude al infierno de Dante), lo que hace que el relato resulte desconcertante. Y lo que hay en el fondo de la novela es el enfrentamiento de tres generaciones distintas con la muerte. De modo que la pregunta que permanece en la cabeza del lector es si nos estaremos olvidando de la muerte en esta sociedad, según añadió Ferrero.
Si nos estamos olvidando de la muerte, un tema que sí está omnipresente en nuestro mundo es el deseo (Dante situaba en su segundo círculo infernal a los lujuriosos). Contrastar ambas cosas es un propósito de la novela, según su autor: «¿qué pasa cuando el deseo se contempla desde la muerte?». «La novela», añadió Pérez Zúñiga, «es una fábula sobre el deseo y su otra cara, el miedo a no cumplir los sueños».
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