Hace justo una semana, en Stamford Bridge, Chelsea y Valencia ofrecieron uno de los duelos más disputados de los cuartos de final. Aquel partido, en efecto, se caracterizó, sobre todo, por el alarde físico y defensivo de ambas formaciones. El pulso se desequilibró por momentos con una genialidad de Silva a la que respondió, ya en la segunda parte, el impresionante Drogba.

Los dos goles que dejaron las tablas en el marcador llegaron en acciones arropadas por la astucia y la fortuna. El primero, en un tiro lejano e imparable, y el segundo, en el único despiste que tuvo Ayala, inmenso hasta ese instante. Y ahí se acabó todo. El Valencia defendiéndose como podía del incansable Chelsea.

Esta noche se retoma el duelo en el último y definitivo asalto en busca de una plaza para las semifinales. Las previsiones futbolísticas son las mismas que en Londres. Ni siquiera el hecho de que el Valencia cuente a favor con el calor de Mestalla, cambia el ángulo. Tocará sufrir, aunque el conjunto español goce de un resultado realmente esperanzador.

El 1-1 de Stamford Bridge es tan positivo como engañoso. El Chelsea, además, es especialista en marcar en los últimos minutos, probablemente después de fundir los plomos a sus rivales a base de desgaste físico. Quique Sánchez Flores, que conoce esas estadísticas mejor que nadie, no quiere que el Valencia especule con el resultado. Le harán caso, pero ayer insistió a los suyos. «Salimos de Stamford Bridge convencidos de que no habíamos hecho nada, así que afrontamos la vuelta como si no hubiera un resultado anterior. Como dijo Mourinho, será un partido intenso que se resolverá en detalles pequeños y puede que en los instantes finales», apuntó.

Pero Quique no dejará nada a la improvisación. Maneja alguna alternativa en caso de que el Chelsea quiera llevar el partido por otros derroteros tácticos. Mientras, la consigna, según dijo, es tener «bien alejado al rival» del área de Cañizares para contrarrestar la amenaza que entraña el juego directo y rápido del Chelsea.

«Cuando nos proponen juego directo, intentamos dificultar la labor de los jugadores que lo generan [Lampard, Drogba, Shevchenko o Ballack] para que se equivoquen. Hay que llevar el partido al terreno que nos interesa, mantener la portería a cero e intentar marcar», explicó el técnico madrileño.

Ese objetivo ya se alcanzó no hace mucho ante otro de los grandes favoritos a ganar la Champions, como el Inter, en un espectacular duelo. Y serán prácticamente los mismos protagonistas quienes tratarán de clasificar al equipo en semifinales. Incluido Morientes, que tras dos semanas tratándose de una subluxación en el hombro derecho, sufrida en el partido de España ante Islandia, llega a tiempo para ayudar al equipo. No es probable que juegue de inicio -la pareja de ataque con la que ensayó ayer Quique fueron Silva y Villa-, pero el extremeño tendrá sus minutos si la situación lo requiere.

La baja más sensible es la de Vicente, arma clave para afilar las bandas, como se intentó en Stamford Bridge, pero Sánchez Flores espera no echarle de menos. «Hemos sufrido tantas bajas que nos manejamos con 13 o 14 jabatos. Tenemos bajas importantes, pero al combatir con intensidad se notarán menos», dijo. La ausencia del valenciano la cubrirá Angulo, remedio para cualquier mal.

Silva, el hombre de moda del fútbol europeo, dio ayer el susto en el entrenmamiento al sufrir un fuerte golpe en el tobillo derecho, pero estará listo para vivir el segundo y definitivo asalto ante el Chelsea.

El joven delantero será una pesadilla para el equipo inglés, pero Mourinho no se muestra excesivamente preocupado. Para el portugués la clave está en marcar lo más pronto posible. «No sé qué van a hacer ellos ni si el resultado previo va a afectar a la manera de jugar, pero está claro que éste no es un partido donde se trate de sumar puntos, es una eliminatoria y lo importante es el resultado y anotar goles. Sólo con marcar uno nos sería suficiente. No cambio mi filosofía de grupo y la Champions se gana por detalles. No sé lo que hará el Valencia, pero a nosotros sólo nos vale marcar, así que nuestro planteamiento es más fácil», advirtió ayer el polémico técnico.

El luso, que en Londres ya destacó la labor realizada por Sánchez Flores, reconoció que su equipo es especialista en resolver los encuentros en los últimos minutos, pero aclaró que es fundamental no encajar un gol. No se mostró demasiado preocupado por el ambiente de Mestalla: «La presión no mata a nadie, no es un problema, el problema es jugar bien y ganar. Espero una presión bien entendida, la gente dando mucho calor y apoyo a su equipo. Este tipo de ambiente es muy necesario en el fútbol actual».

Mourinho, que si no logra un resultado positivo en Mestalla podría dejar el Chelsea a final de temporada, no quiso hablar de favoritismos, pero recalcó que su grupo siempre es ambicioso. «El Valencia reservó jugadores en el último partido de Liga, pero nosotros no lo hicimos. Ésa es la diferencia entre un equipo que intenta ganar la Liga de Campeones y un equipo que intenta ganar todo como nosotros», apuntó en tono desafiante.

El Leeds (1967) ha sido el último equipo inglés que ganó en Mestalla. Desde entonces el Valencia ha jugado 10 partidos ante los ingleses. El balance: seis victorias y cuatro empates.

En sus 10 desplazamientos a España, el Chelsea sólo venció en una ocasión. Fue en marzo de 1998, ante el Betis (1-2), en los cuartos de la Recopa, torneo en el que se llevaría el título.

El Chelsea tan sólo ha conseguido dos victorias en sus últimas 12 salidas en competición europea, ante el Levski de Sofía este año y contra el Anderlecht en el curso pasado.

El duelo contará con dos de los mejores delanteros de la Liga de Campeones, como Drogba, con seis tantos en su haber, y Morientes, con cinco. Villa espera ampliar sus cuatro goles.

Mestalla registrará un lleno absoluto y contará con 3.000 seguidores del Chelsea. Se repartirán 50.000 cartulinas de color naranja y se dibujará la leyenda 'Piensa en Naranja'.