Por culpa de algunos futbolistas que actúan cual ganador del Oscar y fingen lesiones inexistentes, llega un momento en el que nadie sabe distinguir la realidad de la ficción. Tal vez eso fue lo que llevó al colegiado Muñiz Fernández a no detener el juego a pesar de ver a un jugador sobre el césped y permitir, de esa manera, que marcara el Atlético.

Él tiene parte de culpa, pero también los jugadores rojiblancos, que se hicieron (o no, vaya usted a saber) los locos. La única certeza es que un tema tan delicado como éste ha explotado en plena cara del Villarreal. Ha pagado un justo por miles de pecadores. Porque como bien reconoce el presidente Fernando Roig, en la jugada anterior al ya famoso gol de Eller, Forlán vio a Pablo sobre el césped y, en pleno contragolpe, envió el balón fuera. El debate vuelve a estar abierto. ¿Hay que modificar la reglamentación?

Comité Técnico de Arbitros.

A través de un comunicado, el CTA recuerda el contenido del artículo 5 de las Reglas de Juego, que reza: «El árbitro interrumpirá el juego si juzga que algún jugador ha sufrido una lesión grave y se encargará de que sea transportado fuera del terreno de juego. Un jugador lesionado sólo podrá reincorporarse al terreno de juego después de que el partido se haya reanudado. El árbitro permitirá que el juego continúe hasta que el balón esté fuera del juego si juzga que un jugador está levemente lesionado». Es curioso este dato, porque hace tres meses se aplicó esta misma norma en el calcio con nulos resultados. La ley italiana dictamina que el colegiado es el único que debe señalar esas jugadas, pero los jugadores siguen haciendo lo que les place. Sin ir más lejos, en el duelo entre el Palermo y la Fiorentina, se produjo el culmen de la insolencia. Guana iba a controlar el esférico en defensa pero, de repente, sintió un dolor y cayó sobre el césped. Mutu aprovechó su letal error y no se lo pensó dos veces a la hora de marcar. El gol, como el de Eller, subió al marcador porque era legal.

Guille Franco.

El delantero del Villarreal fue el protagonista involuntario de la jugada. El punta mexicano no se mordió la lengua y destacó: «Estoy lesionado, no he fingido nada. Sufrí un golpe en el tendón de Aquiles y tuve que ser sustituido por ello. Me hice daño, me caí al césped, pero luego llegó la jugada del Atlético y su gol. Por supuesto que ellos vieron que estaba en el suelo, pero no entiendo cómo no pararon la jugada. Siento mucha impotencia porque el árbitro, el principal culpable, no quiso ver nada. Es de vergüenza».

Viera.

Cuando Guille Franco estaba tendido en el césped, el portero amarillo le estaba socorriendo, de ahí que no pudiera detener el cabezazo de Eller. Suya fue la mejor visión de un gol que «es inexplicable». «No sé qué quiso hacer Agüero, pero centró cuando Guille estaba en el suelo. Encima, Eller me vio, vio a Guille y lanzó a puerta. Había que parar la jugada, pero no lo hicieron. Que le vaya bien a Agüero, aunque no es la primera vez que hace esto [en clara referencia al gol con la mano que le endosó el argentino al Recreativo en el Vicente Calderón]».

José Enrique.

El lateral fue, con diferencia, el más crítico de todos: «Eller fue de graciosillo en el túnel de vestuarios y se rió de nosotros, sin duda es tonto. Nos han robado el partido con un gol propio de sinvergüenzas. Es vergonzosa la acción de Agüero y la del colegiado».

Torres.

El capitán del Atlético de Madrid quiso lanzar un cubo de agua para apagar el fuego, pero éste es muy intenso. Quiso ser conciliador al declarar que «el gol de Eller es un detalle y punto. Nadie ha visto a Guille Franco en el césped y por lo tanto es un gol legal. Es una jugada rápida en la que es imposible ver al jugador en el césped. No ha existido mala intención por nuestra parte, que quede muy claro».

Perea.

El central colombiano, que al parecer golpeó a Josemi en el túnel de vestuarios, explica que «justo antes de la jugada ésa, que ha causado tanta polémica, tanto ellos como nosotros ya habíamos tirado pelotas fuera. Insisto, si nosotros vemos al jugador en el suelo, seguramente hubiéramos tirado el balón fuera del terreno de juego. Cuando no se ve a nadie en el suelo es muy difícil entrar a tirar el balón fuera. En esto del fútbol cada uno defiende sus cosas. Nosotros, por suerte, ganamos y es lo que nos interesa».

En el minuto 31, Guille Franco se queda en el césped, lesionado, después del rechace de la defensa del Villarreal, tras botar un córner el Atlético. El balón llega a los pies de Agüero, que inicia la acción de ataque por la banda derecha. Después de mirar, centra, peina Pablo y Eller, solo ante Viera, remata con Franco tendido.