PABLO PARDO. Especial para EL MUNDO
WASHINGTON.-
El marino británico Arthur Batchelor, de 20 años, que permaneció retenido en Irán durante dos semanas en el incidente que ha marcado la actualidad internacional en los últimos días ha formulado sus críticas contra el tratamiento que recibió en la República Islámica: se quedaron con su iPod. Y eso es algo que un marino de Su Majestad nunca perdona. «El iPod era algo especial para mí porque era un regalo», ha declarado Batchelor a la prensa británica.
Así que algún miembro de los Guardianes de la Revolución de Irán está ahora mismo disfrutando del iPod de Batchelor, uno de los 100 millones que se han vendido en todo el mundo. Una cifra que se alcanzó ayer, y que convierte al MP3 de Apple en el reproductor de música más vendido de la Historia, por delante del mítico Walkman de Sony. Con el agravante de que Apple ha logrado alcanzar ese récord en apenas cinco años y medio. En ese periodo ha sacado una decena de modelos, cada vez más pequeños, hasta llegar al iPod Nano, «tan estrecho que [la modelo] Kate Moss lo usa para hacerse rayas de coca», en palabras del humorista estadounidense Bill Maher.
El iPod ha transformado a Apple, a la industria discográfica y a los medios de comunicación. La empresa que lo produce ha dejado de ser un fabricante de ordenadores para convertirse en una compañía de bienes de consumo electrónicos. El iPod ha salvado de la extinción a la industria musical, al disparar las descargas de canciones on line. Claro que, a cambio, Apple se ha convertido en un monstruo de la distribución y ha roto el oligopolio de las cuatro grandes discográficas -la francesa Universal, la británica EMI, la japonesa Sony y la estadounidense Warner-. Finalmente, la proliferación de los Podcasts -noticias o comentarios que se descargan de internet y que se escuchan en el iPod- también está alterando, al menos en EEUU, las noticias tradicionales.
|