Pidió derechos porque asegura que en los gobiernos del Partido Popular los «derechos básicos se han visto rebajados a simples mercancías que se venden y se compran». Y sentenció a los 'populares' marcando la que él dice que es su política: «La ley del más fuerte y la ley del dinero», según informa Europa Press.

A pesar de estas dos leyes que dice rigen los gobiernos del PP, el líder del Partido Socialista de Madrid acusó a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, de haber sometido a los ciudadanos a una etapa «estéril» en lo que respecta a leyes. Por esto, prometió años más «productivos» si los madrileños le dan su confianza. La productividad la pondría a prueba con la aprobación de una Ley de Garantía de Acceso a la Vivienda, una Ley de Tiempos Máximos de Espera en la Sanidad y una Ley de Calidad y Equidad de la Educación.

Simancas abogó por el «cambio». Prometió, frente a la «futura sede del Gobierno socialista de la Comunidad», la Real Casa de Correos, «una campaña para conquistar el futuro y dejar atrás el pasado, para apostar por el cambio, para que tu voto valga». Está convencido de que la participación vencerá a la «resignación y a la abstención». Animó a los ciudadanos a acercarse a las urnas el 27 de mayo por dos razones: porque el voto es «un derecho democrático y un deber cívico» y porque doce años de gobiernos de derechas son «demasiados».

No faltaron deseos para el día a día de la campaña electoral. Simancas pidió a los partidos que organicen una campaña de «propuestas» y no de «agresiones, tensiones o crispaciones». Reclamó debates «abiertos, tolerantes y democráticos» y que se presenten proyectos basados en el «optimismo del futuro y no en el rencor del pasado». Quiere huir de lo que él llama «campañas de desgaste»; es decir, aquéllas en las que se «estafa» al ciudadano.

Simancas confió en que Aguirre y Ruiz-Gallardón no conviertan la campaña en un «combate descarnado». Así como que tampoco sea el «trampolín para las ambiciones personales de nadie».