ADRIAN CORNEJO
Los viajes que Rafael Simancas y su equipo han realizado en los últimos meses a países como Austria o Finlandia le han servido al candidato socialista para recoger material suficiente como para construirse un trampolín que le impulse a la Presidencia de la Comunidad. Al menos, así lo cree el candidato socialista quien, en su comparecencia de ayer en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), aseguró ser capaz de resolver «la paradoja» que él mismo planteó: «Madrid es una región que crece [un 3,9%], pero donde la calidad de vida decrece».
Simancas afirmó que Madrid «es la séptima Comunidad Autónoma en crecimiento del PIB, que la tasa de paro femenina duplica a la masculina y que su productividad es un 45% de la de la ciudad de Londres», problemas que achacó a la forma de gobernar de Esperanza Aguirre. «La presidenta subordina los intereses privados a los públicos favoreciendo una ordenación depredadora del territorio en la que se excede el consumo energético y se fomenta la utilización del vehículo privado», dijo Simancas en referencia al desarrollo urbanístico en la región.
«Frente a la ley imperante de coge el dinero y corre, nosotros queremos favorecer la vivienda protegida. Para ello promulgaremos la Ley de Garantía de Acceso a la Vivienda que otorgará un piso a quienes tengan un sueldo de tres a cinco veces menor al salario mínimo interprofesional. Nos costará 688 millones de euros al año». Lo que no pudo especificar el candidato son los beneficios que existirán para aquellos que se encuentren muy cerca del salario de los agraciados (y que, en un hipotético caso, podrían pedir un descenso de salario para tener un piso).
En política de vivienda, Simancas subrayó también la necesidad de «planificar racionalmente el territorio» a través del PRET (Plan Regional de Ordenación Territorial) y de la respectiva «concertación con las Comunidades Autónomas colindantes». Además, reiteró su compromiso de luchar contra la corrupción urbanística, de habilitar 100.000 viviendas protegidas y revitalizar el parque de alquiler. «Así se conseguiría reducir la edad media de emancipación de los jóvenes de Madrid que ahora se sitúa en 34 años», aseguró.
El candidato socialista, que acusó al PP de fomentar un sistema de transportes que «favorece el desplazamiento en vehículo privado e incumple los compromisos medioambientales», presentó ayer su alternativa. «Vamos a extender la red de Cercanías en más de 200 kilómetros en las próximas dos legislaturas, lo cual tendrá un coste de 500 millones de euros al año. Queremos que los trenes que vayan por la Comunidad sean competencia de esta última».
«Además, haremos otra línea circular de Metro paralela a la 6, ampliaremos el suburbano para que llegue hasta Torrejón y extenderemos otras dos líneas para que enlacen con Metrosur». «Éstas serán las únicas reformas en el metropolitano, porque el resto de núcleos de población están más o menos cubiertos», opinó. «También cumpliremos [con un gasto de 190 millones de euros al año] nuestra promesa de dar el abono transporte gratis a los menores de 21 años y mayores de 65», prosiguió.
Rafael Simancas también desglosó las actuaciones que llevará a cabo (en caso de que acceda a la Presidencia) en materia de educación e inmigración. «Debemos apostar por la investigación y fomentar la presencia de las universidades en el desarrollo de la ciudad y su entorno. Para ello es necesario dotarlas de recursos económicos y es lo que vamos a hacer», afirmó. «Uno de los pilares básicos de esta legislatura va a ser la educación. El fracaso escolar en Madrid es del 22% [32% en centros públicos, 15% en concertados y 8% en privados], algo que debemos erradicar». «Recientemente he viajado a Finlandia para ver su sistema de enseñanza, de los mejor valorados por la OCDE. Allí se está debatiendo la introducción de un cuarto idioma en la enseñanza, la educación no está masificada y todos los alumnos emplean la tecnología más vanguardista. Lo contrario que ocurre aquí. Por eso el PSM va a invertir 3.000 millones de euros en los próximos cinco años: para fomentar el bilingüismo y evitar masificaciones y guettos en las aulas que hagan bajar el nivel de la enseñanza». «Es necesario distribuir la población foránea entre los centros y atender a sus necesidades. La política de inmigración debe ser algo más que dar chocolate a los extranjeros», concluyó, en alusión a Aguirre.
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