«Ya están muy integrados en el barrio, y son majísimos», comenta un vecino a las puertas de la agrupación. Rubios, altos y de sonrisa fácil, agradecen todos los cumplidos. A estas alturas ya se han hecho, en todos los sentidos, a su familia política. Términos como concejal o comunidad autónoma les sonaban hace dos meses a chino. Ahora, ir al pleno de la Junta municipal o pegar carteles se ha hecho casi habitual. «Aquí el sistema es muy diferente al de EEUU. Los políticos son más cercanos y la gente participa más», comenta Kyle en un correcto castellano que logra disimular su acentillo yanqui. Él estudia Marketing y Brian se ha formado en finanzas. Una y otra materia vienen, con una campaña electoral a la vista, como anillo al dedo en territorio socialista.

Tan bien, que se han encargado de la propuesta estrella para el barrio que presentará Miguel Sebastián. «Es un secreto que todavía no podemos contar», dicen. Brian estudiará el coste económico de la medida y Kyle se encargará de presentársela al ciudadano. «Es todo lo que se puede adelantar», comenta este último con una media sonrisa en la boca.

'Puerta a Puerta'

«La anterior becaria, Amanda, diseñó el proyecto de Puerta a Puerta que ahora está realizando Simancas», explica Dani Viondi, candidato a concejal del Ayuntamiento de Madrid y tutor de los becarios en su periplo por estas tierras. «El Partido Socialista tiene un programa con el IES Madrid de intercambio entre EEUU y España». Cada semestre, y éste es el segundo, cuentan con estudiantes en prácticas. «Les hago una entrevista para ver el perfil y, a partir de ahí, comienzan a trabajar».

De lunes a jueves, entre las 18.30 y las 20.30 horas, Kyle y Brian aterrizan en la calle de Velilla, donde está la sede de la agrupación socialista de este barrio. «Los fines de semana los aprovechamos para viajar», aclara Kyle. Es jueves y hay pleno en la junta. Entran y salen vecinos de las oficinas; los americanos son ya parte del equipo. «Aquí estamos muy bien. Estamos muy metidos en la cultura», dice Kyle, ante la mirada de algunos militantes.

Durante estos meses también han echado una mano en la publicidad relacionada con la avenida de Daroca y han hecho una página web. Nunca habían oído hablar de Vicálvaro antes, «no aparece en las guías mucho», afirma Kyle, pero creen que han conocido «la vida auténtica», el día a día de un barrio que poco tiene que ver con lo que habitualmente ven los turistas en la capital.

Pero al margen de la experiencia política, Kyle, natural de Ohio, y Brian, de Arizona, se han adaptado a las costumbres nacionales sin ningún problema. Para ambos era la primera visita a España. «Hay tópicos sobre este país que no se corresponden con la realidad». Por ejemplo, «ese de que todo el mundo se echa la siesta», afirma Kyle. Reconocen que su estancia al otro lado del charco les ha hecho replantearse muchas cosas de su país. «Tenía mis ideas antes de salir y aquí las he reafirmado», asegura Brian, que, incluso, ya piensa en iniciar su andadura política cuando regrese. «No sé si en algún partido político o en alguna organización que ayude a cambiar la dirección actual de mi país». Algo menos crítico había sido hasta su partida Kyle. «He abierto mis ojos al mundo. Allí no recibes tantas críticas al Gobierno, y me refiero a críticas positivas y negativas».

Con ganas de campaña

En mayo dirán adiós a la capital, donde viven con dos familias madrileñas. A Kyle le dará tiempo a vivir las elecciones, mientras que Brian partirá 10 días antes del 27 de mayo. «Queremos participar en la campaña», afirma Brian. Conocen Vicálvaro y sus problemas bastante bien, y entre las fiestas que les ha tocado vivir está la del Día de la Mujer Trabajadora. «Fue muy curioso», explica Kyle. Siguen las encuestas de los candidatos -«lo que salga ahora no significa nada», sentencia Kyle- y quieren conocer a Simancas y Sebastián antes de partir rumbo a las Américas.

Las cañas y los pinchos los toman en un bar que se encuentra a escasos metros de la agrupación. También ahí son ya conocidos. Vecinos del barrio juegan al mus, mientras en una televisión plana Nadal lo da todo en la pista. «¿El mus es parecido al póker?», pregunta Brian. Es lo único que, por ahora, se les ha escapado, pero seguro que encuentran un hueco para entender lo que vale un órdago.