Martes, 10 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6323.
MUNDO
 
EL DESAFIO DE IRAN / La República islámica desafía a la ONU comunicando la instalación de 3.000 centrifugadoras / Expertos occidentales dicen que el Gobierno de Ahmadineyad podría construir una bomba atómica en nueve meses
Irán reta a la ONU anunciando que ya produce el uranio que le permitiría tener en 9 meses la bomba atómica
R. TAIT / J. BORGER. The Guardian / EL MUNDO

NATANZ (IRAN) / LONDRES.- Irán anunció ayer haber dado un gran paso adelante en su programa nuclear tras haber empezado a enriquecer uranio a «escala industrial», en un nuevo desaire al presidente de EEUU, George W. Bush, y al Consejo de Seguridad de la ONU, que por dos veces sancionó a la República Islámica por negarse a detener su actividad atómica.

El anuncio supone un auténtico giro en la producción de uranio enriquecido, puesto que Teherán pasa de utilizar pocos centenares de centrifugadoras -de 600 a 800- a poner en marcha miles de máquinas de este tipo, informa la agencia Reuters.

«Anuncio con orgullo que, a partir de hoy, Irán está en el club nuclear de los países que producen combustible atómico a escala industrial», dijo el presidente Mahmud Ahmadineyad en una reunión celebrada ayer en la planta de Natanz, en el centro de la República islámica. Las naciones occidentales, con EEUU a la cabeza, sospechan que el programa nuclear de Irán apunta a producir armas atómicas. Pero Teherán asegura que sólo usará su combustible nuclear para generar electricidad con fines civiles.

Irán, que hace un año anunció que había producido con éxito su primer lote de uranio enriquecido, comunicó que instalará en Natanz 3.000 centrifugadoras como primera etapa de la producción de combustible a «escala industrial». Así lo recoge una información de la agencia oficial Mehr citando a Ali Lariyani, el principal negociador de Teherán en las conversaciones con Occidente. «Si continúan presionando a Irán por sus actividades nucleares pacíficas, no tendremos otra opción que seguir la orden del Parlamento y revisar nuestra participación al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)», afirmó.

Consultado sobre si su país había comenzado a inyectar gas a sus 3.000 centrifugadoras, Lariyani contestó: «Sí, hemos inyectado el gas». Sin embargo, no aclaró cuántas de las 3.000 máquinas habían sido instaladas con éxito.

La República islámica planea llegar a tener 54.000 centrifugadoras, unas máquinas que giran a velocidades supersónicas para poder producir el combustible de los reactores nucleares o, a un nivel de enriquecimiento mayor, de bombas atómicas. Los expertos occidentales aseguran que, si lo desea, con 3.000 centrifugadoras Irán ya podría producir suficiente material para construir un arma de ese tipo en nueve meses.

«Continuar en esa senda»

Sin embargo, varios analistas estadounidenses y británicos creen que las autoridades de Teherán están exagerando los progresos obtenidos en su programa nuclear. «No creo que tengan 3.000 centrifugadoras en Natanz. Irán está saltando algunos pasos, lo que hace que ese anuncio sea en gran parte de naturaleza política», afirma Mark Fitzpatrick, un ex experto del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Por su parte, el presidente Ahmadineyad prometió que su país no cederá ante la presión extranjera para detener su programa nuclear. «Hasta el momento, Irán se ha movido en una senda completamente pacífica y quiere continuar en esta senda. Deben evitar hacer algo que fuerce a esta nación a revisar su comportamiento», comentó en alusión a las anteriores sanciones de la ONU. El Consejo de Seguridad de la organización internacional aprobó en diciembre dos resoluciones que dificultan las transacciones financieras de Teherán con otros países.

Para marcar la celebración del anuncio del mandatario, pronunciado con motivo del Día Nacional de la Energía Nuclear, la televisión estatal emitió programas sobre cómo se lleva a cabo el enriquecimiento de uranio, aseguró que el progreso obtenido es una fuente de «orgullo nacional al más alto nivel» y detalló cuantas plantas nucleares poseen países como EEUU y Francia.

Washington expresó ayer su «gran preocupación» por el anuncio de Ahmadineyad. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, señaló que está claro que el régimen iraní «sigue desafiando la comunidad internacional» y continúa suscitando cuestiones «en torno a las intenciones de su programa nuclear».

La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), el organismo de control nuclear de Naciones Unidas con sede en Viena, está presionando al Gobierno de Teherán para que le permita instalar cámaras en su sección subterránea de la planta de Natanz, lo que le permitiría controlar de cerca las actividades iraníes. Sin embargo, la República islámica afirma que esa vigilancia va más allá de los compromisos de garantías pactados con la agencia. Mientras, las conversaciones continúan.

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