Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa (Alfred Adler)
OPINION
Impresiones
El CGPJ debe investigar los bolos de Garzón
Garzón parece empeñado en ser el perejil de todas las salsas. Tiene tiempo para participar en shows como el de ayer con el ministro Bermejo -el tercero de este año tras los mano a mano con Zapatero y Felipe González-; para codirigir un documental como el que mañana ha programado La 2 sobre la dictadura militar argentina, en la que el propio juez aparece entrevistando a las víctimas; tiene tiempo también para escribir artículos en prensa como ése en el que se mostraba partidario de exigir responsabilidades penales al ex presidente Aznar por respaldar la Guerra de Irak; y lo tiene asimismo para hacer bolos por todo el mundo -entre 2003 y 2004 disfrutó de nueve permisos para ausentarse de España-. Creemos llegado el momento de que esta suerte de pluriempleo bien remunerado merezca una investigación por parte del Consejo General del Poder Judicial. Hay razones para pensar que la febril actividad de Garzón ajena a su trabajo como funcionario en la Audiencia Nacional puede estar condicionando su apretada agenda procesal. No es extraño así que a día del 11-M tuviera pendientes de traducir unas 200 cintas grabadas por la Policía a islamistas que supuestamente participaron en los atentados. Si no estuviera tan atareado cultivando su vanidad podría prestar más atención a los asuntos que instruye. Por lo demás, su compadreo púbico con representantes del Ejecutivo, y en especial el de ayer con el responsable del ministerio que sirve de interlocutor con el Poder Judicial, no contribuye a guardar las apariencias de imparcialidad y de separación de poderes del Estado.