ALBERT MARTIN
BARCELONA.-
La denominada autogestión a que Txiki Begiristain y Frank Rijkaard han entregado el vestuario del Barça empieza a sonar a juerga. Ayer, un día después de que el Real Madrid se colocara a sólo dos puntos del Barcelona en la Liga, y con todas las alarmas encendidas por la evidente falta de actitud que se vio en algunos futbolistas en La Romareda, la autogestión atacó de nuevo.
Al entrenamiento matinal dispuesto por el club no se presentó Ronaldinho. El club explicó que su baja se debía a que tenía fiebre, pero ya la pasada semana hubo una cierta polémica causada por la presencia del astro brasileño en actos publicitarios pese a sus reiteradas ausencias en los entrenamientos. Pero su caso, que se ha venido repitiendo periódicamente en las cuatro temporadas en que ha estado en el Barça, no fue el más llamativo. Deco tampoco se personó. Según el club, se le ha concedido un día más de fiesta -la plantilla ya disfrutó de dos días de asueto tras su derrota en Zaragoza- y debería reincorporarse hoy al trabajo. El luso ha protagonizado ya otras polémicas esta misma temporada, pero su ausencia de ayer fue especialmente delicada: Deco se dejó ver el domingo en Riazor, y el lunes fue el cumpleaños de Andrade, futbolista del Deportivo e íntimo amigo suyo.
La cosa no terminó ahí: Eto'o se apuntó al festival apareciendo para correr en solitario por el Camp Nou, pero abandonó el entrenamiento en cuanto vio que varios medios de comunicación gráficos tomaban imágenes de sus carreras. Las cámaras presentes en el estadio tenían permiso del club, pero el delantero camerunés prefirió marcharse al gimnasio para evitar que se especulara más con la tendinitis que le apartó del partido en Zaragoza.
Tras el entrenamiento, Thuram y Oleguer comparecieron ante los medios para certificar que la plantilla no está preocupada por la proximidad del Real Madrid en la clasificación. El francés aseguró que en el vestuario no hay «miedo» y recordó que el Barça sigue siendo líder. Interrogado sobre el absentismo de algunos de sus compañeros, Thuram fue condescendiente: «Lo importante es el partido, aunque entiendo que cuando un equipo como el Barça pierde un partido, se duda de todo». Además, negó que existan dos raseros diferentes a la hora de medir a los jugadores. «No tenemos dos ritmos de trabajo, sino uno para todos, pero no todos los jugadores pueden trabajar de la misma manera», expuso.
Oleguer, por su parte, dijo no sentirse culpable de los males del equipo y se mostró contundente respecto a las posibilidades de ganar la Liga: «Estoy convencido de que ganaremos la Liga.Miro todas las plantillas y quiero estar en la del Barça: por calidad y jugadores, somos superiores al resto».
El canterano dio también su opinión respecto a la tendencia de los futbolistas que más juegan del equipo a perderse entrenamientos.«Los partidos provocan golpes y molestias. Si los médicos deciden que un compañero no se entrene, me parece correcto». Pese a los esfuerzos de la plantilla por quitar hierro y negar que el equipo se haya aburguesado tras dos años de éxitos, el malestar ha alcanzado a los máximos responsables del área deportiva del club.
|