«¿Qué mejor ejemplo del éxito de la integración europea, que la existencia de este Programa Marco, concebido para impulsar la cooperación científica en la UE?», decía ayer el entusiasta comisario esloveno al presentar este proyecto ante la ministra española de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera. Potocnik tiene muy claro que en el mundo actual, los países europeos sólo pueden tener peso científico y tecnológico si unen sus fuerzas y se convierten en un gran equipo europeo.

Pregunta.- ¿Cuál es el estado de salud de la ciencia europea?

Respuesta.- Bueno, digamos que es un paciente que por lo general se encuentra bastante bien. Desde luego, no está enfermo en la cama, pero sí necesita algunos tratamientos para fortalecerse. Por encima de todo, tenemos que concienciarnos de que el mundo ha cambiado y hoy ningún país europeo es suficientemente fuerte para competir solo en el terreno de juego global. Por lo tanto, creo que la receta fundamental es más cooperación y menos fragmentación en Europa. Si unimos nuestros esfuerzos, la ciencia europea será muchísimo más fuerte que si trabajamos de forma aislada.

P.- ¿Cuáles son los objetivos principales del VII Programa Marco?

R.- Hemos incrementado el presupuesto un 40%, lo cual demuestra que los europeos nos tomamos en serio la importancia de la investigación para el futuro. En cuanto a los contenidos, quizás la novedad más importante es la creación del Consejo Europeo de Investigación, un comité de expertos que planificará proyectos y controlará la calidad de la investigación de una forma totalmente autónoma e independiente del poder político. El objetivo es crear una especie de Liga de Campeones de la ciencia europea, porque si creamos equipos fuertes con los mejores jugadores, sin duda conseguiremos buenos resultados. Además, la creación de estos equipos de excelencia funcionará como un estímulo para los investigadores que soñarán con formar parte de ellos, de la misma manera que cualquier jugador y equipo de fútbol sueña con competir en la Liga de Campeones.

P.- ¿Cree que Europa está en el puesto científico que le corresponde, en comparación con otras grandes potencias como EEUU y Japón?

R.- EEUU y Japón gozan de muy buena salud, pero están analizando y evaluando su propia situación al igual que los europeos, teniendo en cuenta que el potencial científico de países emergentes como China y la India es cada vez mayor. En el caso de la UE, hoy podemos decir que algunos países europeos, como Suecia y Finlandia, se encuentran en los primeros puestos de inversión en I+D e innovación, mientras que a otros aún les queda muchísimo por hacer.

P.- ¿Qué le parece el nivel científico de España en este contexto?

R.- Por una parte, España sigue estando bastante retrasada, ya que sólo invierte el 1,13% de su PIB en investigación, mientras que la media de la UE es 1,84%. Sin embargo, si nos fijamos en las tendencias actuales de crecimiento, entonces es innegable que España se ha colocado en los puestos de cabeza. En este sentido, el programa Ingenio 2010 que ha impulsado el actual Gobierno es justo lo que España necesita, aunque ya veremos hasta qué punto se puede alcanzar el objetivo marcado. Alcanzar el 2% de inversión en I+D para 2010 es una meta bastante ambiciosa, pero creo que España ha sabido aprovechar muy bien los fondos estructurales y de cohesión europeos. Por lo tanto, si mantiene de forma estable sus compromisos en investigación e innovación, creo que puede conseguir avances muy importantes.

P.- ¿Cuáles son los mayores problemas de la ciencia española?

R.- Estoy básicamente de acuerdo con el reciente informe de la OECD sobre el caso español. Hay demasiada fragmentación, y es necesario estimular más al sector empresarial, mediante incentivos fiscales, para que le resulte más atractivo invertir en I+D. Se necesita una mayor cooperación entre empresas y universidades, y una mayor movilidad de los investigadores. Además, por mi parte, añadiría que convendría una mayor participación en proyectos europeos. Pero no hay ninguna varita mágica, lo importante es la consistencia y la perseverancia.

P.- La falta de consenso en torno a la investigación con células madre ha vuelto a impedir la financiación de técnicas como la clonación terapéutica en el VII Programa Marco. ¿No le parece que Europa puede quedarse atrás en este campo?

R.- Éste es un terreno en el que siempre es muy difícil alcanzar acuerdos, porque Europa es una gran familia con diferentes sensibilidades éticas que debemos tomar en serio y respetar. Pero a pesar de todo, hemos logrado alcanzar un consenso bastante amplio que nos permitirá financiar investigaciones con células embrionarias que estarían vetadas por el Gobierno de EEUU, con tal de que sean aprobadas por los comités de expertos que controlarán el rigor de los trabajos.