Con la decisión se faculta al concejal de Cultura, Carles Martí, a gestionar, a través de la empresa Barcelona Emprèn, una aportación de fondo de capital y riesgo de un máximo de un millón de euros y se prevé el posterior reparto de los beneficios en caso de que la película los genere. De esta forma, se cederá la inversión a la productora Mediapro para el rodaje de la próxima película del cineasta norteamericano Woody Allen. Fuentes del ICUB señalaron ayer que «como máximo se invertirá un millón, pero se puede ingresar muchísimo más», con lo que «los gastos pueden quedar cubiertos al 100%».

La decisión tomada ayer por el Ayuntamiento de Barcelona viene provocada, según las mismas fuentes, por la consideración del filme como «un producto cultural de gran valor por sí mismo y muy importante para la ciudad». Pese a que no se trata de una práctica habitual con productos culturales, la entidad Barcelona Emprèn «acostumbra» a participar en proyectos que necesitan de un apoyo económico.

Pero la aportación del Ayuntamiento no fue vista con buenos ojos ayer por parte de la oposición. CiU se absutvo en la votación y su concejal Jaume Ciurana aseguró que «el acuerdo de hoy [por ayer] sólo se explica por las prisas que tenían Hereu, Portabella y Mayol por irse a hacer la foto a Nueva York».

Del mismo modo, Ciurana lamentó que los representantes del Consistorio, como el alcalde Jordi Hereu y los tenientes de alcalde Jordi Portabella e Imma Mayol, que acudieron a Nueva York hace unas semanas, donde se fotografiaron con Woody Allen, no aprovecharan el momento para dar las pertinentes explicaciones sobre las intenciones del Ayuntamiento sobre su participación en en esta producción. Y es que el representante convergente comentó: «Ya nos gustaría que todos los proyectos de nuevos creadores de la ciudad encontrasen en el Ayuntamiento las mismas facilidades que ha encontrado el proyecto de Woody Allen».

La idea de que el director decidiera que Barcelona fuera el fondo de una de sus películas es algo en lo que el Ayuntamiento viene insistiendo desde hace años. Una vez conseguido el objetivo, Allen comenzará el rodaje después del verano. La cinta será protagonizada por Penélope Cruz y Javier Bardem, además de la que parece su última actriz fetiche, Scarlett Johansson.