MANCHESTER 7
ROMA 1
Van der Sar
O Shea
Brown
Ferdinand
Heinze
Fletcher
Carrick
Giggs
Rooney
C. Ronaldo
Smith
Cambios: Evra por O'Shea (min. 52)
Solksjaer por Giggs (min. 61)
Richardson por Carrick (min. 72)
Doni
Cassetti
Mexes
Chivu
Panucci
De Rossi
Pizarro
Wilhemsson
Totti
Mancini
Vucinic
Cambios: Faty por De Rossi (min. 81)
s.c.
Rosi por Wilhemsson (min. 86)
s.c.
Arbitro: Lubos Michel (Eslovaquia)
Tarjetas amarillas: Smith y Ferdinand.
Goles: 1-0: Carrick (min. 10). 2-0: Smith (min. 17). 3-0: Rooney (min. 18). 4-0: C. Ronaldo (min. 44). 5-0: C. Ronaldo (min. 50). 6-0: Carrick (min. 62). 6-1: De Rossi (min. 70). 7-1: Evra (min. 78)
OLD TRAFFORD. LLENO.
Nadie juega al fútbol como el Manchester United. Después ganará o perderá, que el fútbol tiene premio incluso para los mediocres, pero ejecutar el juego que practican los red devils, no está al alcance de cualquiera. Y es que es muy complicado compaginar velocidad, precisión, profundidad y gol con la solvencia del grupo dirigido por Alex Ferguson. Sí, el mismo que el año pasado se alejó del éxito en todas las competiciones importantes. De haber entrenado a un equipo español le habrían echado por viejo y caduco. En Inglaterra viven a otro ritmo, tienen paciencia y los proyectos cuajan. Ferguson vive su vigésimo primer año en Old Trafford y a lo mejor hasta se lleva de nuevo la Copa de Europa. Pero si no la logra dará igual porque a veces lo importante es dejar huella. Y este United tiene el sello del espectáculo. Es rápido, vertical y contundente, fútbol en estado puro. Es el espectacular 7-1 de ayer. Es grande.
La Roma, un equipo italiano que no lo parece por su empeño en jugar desde la posesión del balón, sin esconderse ni atrincherarse, facilitó la exhibición inglesa. Salió valiente y ofensiva. Pero el primer manotazo del United acabó con las dudas. Fue gol. A los 19 minutos, el resultado era de 3-0. Todo estaba resuelto.
El Manchester encontró la mina tras una pérdida italiana que dejó el balón en los pies del más fiero, de Cristiano. Encaró a Mancini y amagó hasta que encontró el pase para Carrick, que resolvió desde fuera del área mientras los centrales italianos le alfombraban la ruta.
La Roma ya no salió del hospital. Jugando a ritmo vertiginoso, montado en un avión, el Manchester liquidó la noche a base de rápida recuperación, balones a las bandas, desmarques y movilidad continua. Fue una máquina sin piedad, acorazada atrás con Fletcher y Carrick, que devoraron kilómetros y cortaron la respiración a los tocadores de la Roma, y demoledora arriba. Giggs ofreció un recital de pases tanto desde las bandas como por el centro. Pareció duplicado. Cristiano y Rooney se tragaron con voracidad el sistema defensivo romano. Son geniales y complementarios. Veloz y ornamental el portugués. Concreto y fiero el inglés. Y Smith, como abrelatas, no desentonó y marcó el segundo cuando la Roma ya defendía con la mirada.
Los goles cayeron como fruta madura. Rooney hizo el tercero, Cristiano los dos siguientes, siempre tras acciones ejecutadas a velocidad supersónica, y Carrick se lució con el sexto, un latigazo a la escuadra. La Roma se despidió con un golazo de De Rossi, pero la fiesta la cerró un suplente, Evra. ¿Lo peor de la noche? Que el partido terminó.