MANUEL MARRACO
MADRID.-
El último testigo de la sesión de ayer fue la mujer de 'El Chino'. Hace tres años, el juez le otorgó la condición de testigo protegido, y ayer la fiscal la encuadró entre los 'buenos' testigos protegidos. Es decir, los que aunque hablen con los medios de comunicación no lo hacen con EL MUNDO.
En la sesión del lunes, Olga Sánchez puso cara seria y comunicó al tribunal que no quería que el testigo protegido que declaraba a continuación lo hiciera con las medidas de seguridad reforzadas. Según explicó, porque había hablado con medios de comunicación, en referencia a este periódico.
Ayer, en cambio, Sánchez se mostró incluso cariñosa con la testigo, que recientemente concedió una amplia entrevista a otro diario. «¿Está tranquila? Esto es un poco mayor que el juzgado», comenzó la fiscal. La testigo relató su relación con 'El Chino', con su familia y con su entorno. También lo sucedido después del atentado. Entre otras cosas, explicó que 'El Chino' logró detectar a la Policía junto a su casa antes de que la Policía le detectara a él. Dos semanas después, se suicidaba en Leganés.
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