Con el aval de 3.400 firmas, se presentó ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid un manifiesto titulado Por la convivencia, frente a la crispación, donde se vienen a recoger, punto por punto, las principales tesis del PSOE ante la situación política actual en España.
Tal y como relata José Blanco todos los lunes, el manifiesto denuncia que «se está negando la legitimidad a quien gobierna por la voluntad de la ciudadanía»; que «este clima crispado no obedece a la situación real de España»; que «no es aceptable convertir la lucha contra el terrorismo en el eje exclusivo de la oposición a cualquier gobierno democrático», o que «la apropiación partidaria de banderas e himnos [...] sólo puede ser causa de división».
Incluso para redondear la coincidencia con el mensaje político del partido en el Gobierno, el manifiesto hace un llamamiento claro contra la abstención -lo que será el eje principal de la campaña socialista- y hasta se recoge el mensaje del PSOE de que España va más que bien, algo recurrente en cada discurso de José Luis Rodríguez Zapatero y de los principales dirigentes socialistas.
«Nadie podrá negar que la economía marcha razonablemente bien, que el desempleo ha disminuido, que las fuerzas sociales han alcanzado importantes acuerdos, que se han producido avances nada desdeñables en derechos sociales y civiles y que, en general, ha aumentado el bienestar de la población, aunque, desde luego, no en igual medida para todos», se afirma en el escrito.
Dicho manifiesto fue presentado por el abogado y presidente de la Fundación Sistema -vinculada directamente al PSOE-, Nicolás Sartorius; el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Angel Gabilondo; el escritor Fernando Schwartz, y la directora de cine Azucena Rodríguez.
Sartorius relató que esta iniciativa se ha puesto en marcha «porque refleja un sentir que nos ha llegado de la ciudadanía», y aseguró que se han sentido desbordados por la avalancha de adhesiones a través de internet, «a razón de varios cientos al día», afirmó.
Como ejemplos «inauditos y excéntricos» de lo que ocurre en España citó el boicot a un grupo de comunicación en España -en referencia a Prisa- o «la actitud de un jefe de Policía que se niega a aportar información en un juicio» -en referencia al ex director general de la Policía y actual eurodiputado del PP, Agustín Díaz de Mera.
Y es que todo el manifiesto está salpicado de críticas, más o menos veladas, al partido de la oposición.
Así, se pueden leer frases como esta: «En democracia no se puede pretender torcer la voluntad ciudadana ni con soflamas ni con manifestaciones, y menos con confusas actitudes caudillistas».
También se justifican algunas decisiones del Gobierno, con los mismos argumentos que el Ejecutivo. Como ejemplo más significativo, se cita el caso del etarra José Ignacio de Juana Chaos.
El manifiesto afirma: «Se puede o no estar de acuerdo con la política antiterrorista del Gobierno, pero de ahí a sostener que la decisión, mediante resolución judicial, de que un preso, por muy criminal que sea, pase a la situación de prisión atenuada, ante el riesgo acreditado de los médicos de que puede fallecer, cuando le quedan 16 meses por un delito de coacciones, es una rendición ante ETA resulta insostenible».
Pese a todas estas evidencias, los presentadores del acto negaron que buscasen cualquier intención de tipo electoral e incidieron en que su participación es «como ciudadanos», no como representantes de instituciones o profesiones determinadas, y mucho menos de un partido político.
Angel Gabilondo lo explicó: «No hay voluntad de ocupar ningún espacio, ni nuestro ni de los demás».
«POR LA CONVIVENCIA»
1) «Nos inquieta [...] que el derecho a una información veraz se sustituya por la manipulación sistemática de los hechos a base de mentiras o de medias verdades».
2) «Toda la carga opositora se ha concentrado en unos supuestos peligros para la unidad de España y en una no menos supuesta rendición ante los terroristas. Es decir, nada menos que 'España se rompe y España se rinde'. [...] Tamaña desmesura nada tiene que ver con la realidad».
3) «La apropiación partidaria de banderas e himnos nos retrotrae a época felizmente superadas y sólo puede ser causa de división. Convertir la idea de España en bandería es propio de dictaduras y de ideologías extremistas».
4) «No nos dejemos arrastrar a la confrontación en base a la manipulación interesada; evitemos dividirnos ante cuestiones en las que debemos mantenernos unidos como la paz, la libertad y la lucha contra el terrorismo; que defendamos el Estado de Derecho, sus instituciones y los avances civiles y sociales frente a los que pretenden hacernos retroceder en el tiempo».
