La Premier domina Europa a golpe de capitalismo. La Liga inglesa, tras el éxito conseguido en los cuartos de final de la Champions, se ha convertido en la indiscutible referencia del fútbol continental. Nadie puede competir con la fortaleza de un fútbol que ha prescindido de sus tradicionales y recios valores para apostar por la globalización y la apertura de mercados. No es casualidad que los semifinalistas Chelsea, Liverpool y Manchester estén gobernados por empresarios no británicos. Las islas son el nuevo escaparate de las estrellas y el destino de magnates ansiosos de notoriedad.
Llegada de patronos.
El bolsillo de Roman Abramovich no tiene fondo y eso ha catapultado al Chelsea a la élite. Sus inversiones no admiten comparación. Esta temporada se ha gastado en fichajes 121 millones de euros -una cantidad cercana, por ejemplo, al presupuesto del Valencia- para incorporar a Shevchenko (50 millones), Ashley Cole (30), Mikel (23) y Kalou (ocho). Ballack e Hilario recalaron en Stamford Bridge con la carta de libertad. Desde la irrupción del empresario ruso en el fútbol inglés, el Chelsea se ha transformado en el club con los salarios más elevados. Mourinho percibe cerca de 11 millones; Ballack, 10 millones, y Lampard, 9,2. Indudablemente, el éxito de la Premier está unido a la llegada de nuevos ricos. El pasado febrero, los estadounidenses Tom Hicks y George Gillet, propietarios de franquicias de béisbol y de hockey sobre hielo, se hicieron con el control del Liverpool por 265 millones de euros, más 70 millones por la asunción de la deuda. En 2005, el Manchester fue comprado por Malcolm Glazer por 1.000 millones de euros, y el Aston Villa, por Randy Lerner por 100 millones. Para ellos el fútbol no sólo es un deporte, sino también un producto de bolsa con elevada rentabilidad.
Desembolso económico.
Invertir para ganar. Los nuevos dueños de los clubes no cortarán el grifo mientras aumenten los beneficios. A Rafael Benítez le comunicaron a principios de abril que dispondrá de casi 60 millones para reforzar la plantilla para la próxima temporada. En su agenda están, entre otros, Villa y Dani Alves. Abramovich parece que no volverá a sacudir tan violentamente el mercado, pero seguro que moverá ficha para seguir engordando la Premier. Y es que, según la compañía Deloitte, entre los 20 equipos que más dinero facturan en el mundo se encuentran ocho ingleses: Manchester United, Chelsea, Liverpool, Arsenal, Newcastle, Tottenham, Manchester City y Everton. En ese ranking, España sólo coloca al Real Madrid, Barcelona y Valencia.
Técnicos foráneos.
La incorporación de entrenadores como Mourinho, Wenger, Benítez o Ranieri ha provocado una revolución en la preparación física y estratégica de unos equipos que hasta hace poco más de un lustro apenas apelaban a la fuerza y al juego directo. Ellos han aportado el gusto por el manejo del balón y enriquecido los argumentos tácticos, pero también han conservado los valiosos recursos de la agresividad, contundencia y nobleza del futbolista británico.
Proyectos a largo plazo.
Mientras que las urgencias devoran al fútbol español e italiano, en Inglaterra se apuesta por proyectos de largo recorrido. Se confía en la filosofía de un entrenador y se le deja trabajar sin excesivos agobios, como muy bien sabe Benítez.
Apertura de mercados.
En los últimos cinco años, el proceso de globalización de la Premier se ha acelerado y cimentado, sobre todo, con la llegada de cracks, como Drogba, Ballack, Shevchenko, Cristiano Ronaldo o Henry. Ellos aportan la diferencia y atraen a las televisiones y aficionados.
Reinversión de ingresos.
Tan importante como vender bien es invertir con criterio. Y eso lo saben hacer el Manchester, que con el dinero recaudado por Beckham ha formado un cotizadísimo Cristiano Ronaldo, y el Liverpool, que reemplazó las bajas de Owen o McManaman con la llegada de tipos como Gerrard, Alonso o Crouch.
Fomento de la cantera.
La apertura del mercado también se ha aplicado en las categorías inferiores. Los clubes han creado una tupida red de ojeadores internacionales que escrutan a las potenciales estrellas en Africa, Asia y Sudamérica, pero también en Europa. En España han pescado a talentos como Cesc, Fran Mérida, Sergio Tejera o Piqué.
