JAVIER EXPOSITO
MADRID.-
De regreso a Londres, aprovechando la extraordinaria oportunidad para poder lucir y sacar pecho, Jose Mourinho no defraudó a sus incondicionales: «Yo quiero seguir siendo el entrenador del Chelsea. Amo a este club y a esta ciudad... Pero si me tengo que ir no me faltaría otro equipo».
Roman Abramovich, el peculiar propietario del club británico, ya ha tomado nota. Si quiere a Mourinho, le deberá realizar una declaración de amor urgentemente. Y más vale que además de ser convincente también sea pública.
Mourinho se siente, tras el triunfo ante el Valencia, poco menos que el técnico más importante del mundo. Está en posición de ventaja, o eso es lo que se cree. Y mucho más que lo estará si logra imponerse al verdadero enemigo, el Manchester United.
Según las previsiones de la mayoría de analistas, serán estos dos conjuntos los grandes protagonistas del tramo final de la temporada. Por lo pronto, este fin de semana, Manchester y Chelsea disputan sus respectivas semifinales de Copa. El Watford parece víctima propiciatoria frente a los de Alex Ferguson, lo mismo que lo parece el Tottenham respecto al Chelsea. Si los pronósticos se cumplen, Manchester y Chelsea se medirán en el nuevo estadio de Wembley en la final del próximo 19 de mayo.
Ambos equipos no disputarán, pues, este fin de semana la Premier, donde mantienen a los aficionados en vilo. A falta de seis jornadas para el final, los reds devils aventajan en tres puntos al Chelsea. El momento cumbre llegará el 9 de mayo, cuando los actuales campeones reciban al Manchester en Stamford Bridge. La guinda de estos enfrentamientos sin fin podría llegar, el 23 de mayo, en Atenas, en la final de la Liga de Campeones.
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