LONDRES.-
El campeón se la juega en Londres. Y ante un rival crecido y confiado. La continuidad del Sevilla en la Copa de la UEFA pasa por hacer bueno el ajustado 2-1 logrado en el encuentro de ida ante el Tottenham. Los Spurs quieren convertir su estadio de White Hart Lane en un fortín y rememorar viejas épocas doradas. No en vano ganaron este torneo por última vez en 1984, tras imponerse en la final al Anderlecht belga.
El técnico local, Martin Jol, formará con su equipo de gala. Tiene previsto recuperar a uno de sus centrales titulares, el internacional Ledley King, y confía en el poder realizador de su pareja ofensiva, formada por el irlandés Robbie Keane y el búlgaro Dimitar Berbatov.
En cambio, Juande Ramos sí se enfrenta a algunos problemas de consideración. No sólo al evidente bajón de juego de su equipo, que se ha reflejado en sus últimos malos resultados en la Liga y en la imposibilidad de aprovechar los errores del Barcelona para hacerse con el liderato. En Londres no podrá jugar, por lesión, Palop, el portero que entró en la historia al marcar de cabeza el gol que salvó la anterior eliminatoria frente al Shakhtar ucraniano. Cobeño ocupará su puesto. Kanouté, que jugó dos años en el Tottenham, ya ha avisado: «No estamos en disposición de llegar crecidos. Podemos pasarlo muy mal y debemos acudir totalmente mentalizados», afirmó.
El Espanyol también tiene una dura papeleta para alcanzar las semifinales. El 3-2 de la ida es una renta exigua. Pandiani, goleador en la UEFA, tomará el relevo del lesionado Tamudo.
En cambio, el Reyno de Navarra se apresta a vivir una fiesta tras el 0-3 obtenido la pasada semana ante el Leverkusen en Alemania. El propio técnico germano, Michael Skybbe, ha reconocido la evidencia: «En realidad, nuestras posibilidades de pasar son iguales a cero».
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