ADRIANO ESPINAL
MALAGA.-
Unicaja y Barcelona se miden esta noche en el Martín Carpena para decidir quién acompaña al Tau en la Final Four de Atenas. El tercer partido de la serie entre españoles deparará el segundo representante nacional en el último escalón de la Euroliga. Los de Scariolo, más allá de Navarro o Lakovic, temen en la previa la posible no participación de Santiago. El puertorriqueño tiene problemas de visión en su ojo derecho y es duda.
No es la primera vez que el MVP del Top16 -15 puntos, 6,3 rebotes, dos tapones y 1,6 asistencias con un 80,6% en tiros de dos de media en el mes de marzo- sufre problemas oculares. Sus gafas no son cuestión de moda, porque el pívot ha tenido que lidiar con sus rebeldes retinas durante toda su carrera. El año pasado ya se perdió algún encuentro, y ahora Scariolo reza por tener a una de sus armas más peligrosas, aunque sea sólo a medias.
La aportación de Santiago al juego malagueño es ingente. Sus 2,16 metros y su facilidad para anotar hacen que pertenezca a un perfil de jugador casi extinguido en Europa. Que le pregunten a Ivanovic, el técnico rival, sabedor de que su única esperanza para frenarlo es Marconato.
En el primer partido de la serie volvió tan loca a la defensa catalana que acabó aprovechando que siempre tenía a dos hombres encima para dar asistencias. Es algo más que un pívot para el campeón de Liga, al que regresó en octubre después de rechazar la renovación el año pasado a cambio de ser temporero en la NBA. La afición tuvo que perdonarlo y ahora reza porque su ojo le permita alcanzar la Final Four.
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