El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, desactiva, al menos, de momento, su barajada ofensiva legal contra la constructora española Acciona y la eléctrica italiana Enel. La razón es que españoles e italianos anunciaron ayer un pago «en metálico» de 41,3 euros que supera el de la alemana E.ON, que fue ya considerado aceptable por la propia Endesa y también que ya no hay mucho margen de maniobra. Las estimaciones de Endesa es que Acciona y Enel controlan no sólo el 46% que oficialmente proclaman, sino cerca del 60% mediante paquetes indirectos apalabrados con fondos de inversión.
En esas circunstancias, Pizarro celebró ayer un consejo tranquilo que concluyó con este comunicado oficial: «El consejo de administración de Endesa ha tomado conocimiento del desistimiento de la OPA formulada por E.ON, así como del hecho relevante comunicado por Enel y Acciona en el que ambas compañías informan de haber presentado ante la CNMV solicitud de autorización de una OPA sobre las acciones de la compañía, respecto de la cual se pronunciará en tiempo y forma adecuados».
Según fuentes próximas al consejo de Endesa, «la decisión es que no hay beligerancia contra Acciona y Enel, otra cosa es que a la vista del folleto que presenten, se vea algo contra lo que haya que pronunciarse». Pizarro no está precisamente entusiasmado con la forma en que Acciona y Enel han torpedeado la OPA de E.ON ni con el hecho de que el grupo italiano sea controlado por el Estado italiano y con inexperiencia en el sector nuclear. Por eso su comunicado de ayer es gélido. «Pero no corresponde al consejo tomar decisiones que corresponden a los tribunales de justicia, la CNMV o el Gobierno español; esto no es como en la época de Gas Natural, en que había una agresión con robo de cartera incluido al accionista», explican las citadas fuentes.
Impacto en la acción
Pizarro ha tenido que sopesar que si lanzaba toda la artillería contra el pacto hispanoitaliano, podría hacer bajar la acción de Endesa y, con ello, el activo que mejor puede presentar él de su gestión, que es el de cómo su defensa contra Gas Natural contribuyó a disparar la cotización de la eléctrica.
Además, el rápido movimiento de Acciona y Enel ha cerrado la ventana que tenía Pizarro en estos días de intentar contraatacar con un intento de compra de Enel. Ya está maniatado y obligado al deber de pasividad.
No obstante, el proceso es aún largo. Puede haber denuncias de accionistas de Endesa que vendieron a Acciona y Enel a menos de los 41,3 euros que ahora ofrecen y que se sientan engañados. Su pacto con E.ON deberá superar además varios trámites administrativos en los que Endesa permanecerá vigilante. Pero ya no es la guerra como en los viejos tiempos, al contrario de lo barajado hace apenas unos días.
Las fuentes consultadas en Endesa niegan que haya pacto encubierto con Acciona a cambio de que ésta no sea hostil en el futuro a la actual cúpula de la eléctrica. «Se ha hecho un trabajo transparente. No hay nada que temer ni que pactar».
Si Pizarro y su equipo parecen haber abandonado la beligerancia de los últimos meses, José Manuel Entrecanales no le va a ir a la zaga. El presidente de Acciona ha decidido tender la mano a los actuales gestores de Endesa y enterrar el hacha de guerra, según confirman fuentes cercanas al grupo constructor. La idea del ejecutivo madrileño es reconducir las maltrechas relaciones con el presidente de la eléctrica y retomar en un futuro a corto plazo los contactos «bajo un clima de cordialidad».
En esa misma línea se mueve Fulvio Conti, consejero delegado de Enel, sabedor de que ahora la suerte está más echada que en batallas anteriores, dado que el tándem italoespañol tiene muy fácil hacerse con el control de Endesa. Según las fuentes consultadas, ni Conti ni Entrecanales quieren que Pizarro salga por la puerta de atrás. Más bien todo lo contrario, pues ambos ejecutivosparecen dispuestos a valorar que el presidente de Endesa ha hecho todo lo posible, en virtud de su cargo, para defender los intereses de sus accionistas.
Pero de lo que sí dudan las fuentes consultadas es de que el Gobierno español perdone a Pizarro su beligerancia y el hecho de que su batalla por defender Endesa haya puesto en evidencia el intervencionismo y las contradicciones del Ejecutivo de Zapatero en todo el proceso.