RAUL REY SAINZ DE ROZAS
Es sabido que el inversor que adquiere acciones con la intención de venderlas a los pocos días o, incluso, a las pocas horas, ha de tener cuidado y ser especialmente cauteloso, mucho más aún que el que se posiciona a medio y largo plazo. Cualquier acontecimiento que pudiese acaecer en el mundo y que influyera de manera negativa en el valor de sus títulos podría aminorar de forma súbita el contenido de sus bolsillos. Sin embargo, un ejemplo reciente como fue el apresamiento de los marinos británicos en Irán y la consiguiente tensión extrema entre ambas naciones, apenas repercutió de forma ostensible sobre los mercados a excepción de los primeros momentos en los que se conoció la noticia.
Así las cosas, se concluye que el famoso riesgo geopolítico, tantas veces aludido en tiempos de inhibición bursátil, pierde efecto y que sólo un suceso de amplias dimensiones podría alterar de forma significativa el precio de los valores. De hecho, la reciente confirmación del presidente iraní sobre la incorporación de su país al club nuclear tampoco parece haber alterado la suave inercia hacia arriba de las principales Bolsas del mundo durante las últimas jornadas. Aún así, esto podría tener una lectura un tanto peligrosa: la de una excesiva concentración de este tipo de riesgo en la mentalidad de los inversores que se reservaría para sucesos de amplio calado, lo que lógicamente nadie desea. Conviene tener presente este tipo de reflexiones cuando se decide invertir, ya sea por horas o por años. La recomendación, entonces, pasa por lo de siempre: seguimiento continúo de la inversión y ponderación adecuada del riesgo asumido.
Raúl Rey Sainz de Rozas es consultor financiero.
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