Sólo un día después de que Europol diera a conocer su informe Situación y tendencias del terrorismo en la UE, que alertaba de la capacidad de ETA para cometer atentados, los artificieros franceses tuvieron que desactivar ayer dos artefactos explosivos en las localidades francesas de Bayona y Biarritz.
Las bombas fueron encontradas en las inmediaciones de la sede del Partido Socialista francés y en el aparcamiento de una oficina de turismo. Una llamada telefónica recibida en la centralita del cuerpo de bomberos a las 10.00 horas alertó de la colocación de ambos explosivos, que supuestamente explotarían media hora después.
No fue así, aunque la Policía evacuó rápidamente ambos lugares, sacando a más de un centenar de personas del mercadillo que todas las semanas se instala en una plaza de Bayona, muy próxima a la sede del Partido Socialista, y a otras 60 personas que se encontraban en las inmediaciones de la oficina de turismo de Biarritz.
Los artificieros consiguieron desactivar completamente las dos bombas sobre las 11.10 horas y, entonces, comprobaron que se trataba de dos artefactos de fabricación casera, compuestos por sendas bombonas de campin, conectadas a despertadores que funcionarían a modo de detonadores.
Ambos artefactos se encontraban ocultos. El de Bayona fue localizado por la Policía francesa en el interior de una papelera situada ante la sede socialista y el de Biarritz había sido escondido entre las ramas de un seto que rodea al aparcamiento que hay ante la oficina de turismo, muy cerca también de la comisaría de la ciudad.
La Subdirección Antiterrorista (SDAT) y la Policía Científica han iniciado una investigación para determinar, primero, si los artefactos eran o no operativos y, segundo, para conocer qué o quién se encuentra tras su colocación y la llamada de teléfono que alertó de ella.
Y es que, aunque ETA tiene capacidad operativa para cometer atentados, según constató Europol en el informe emitido el martes, existen otros grupos terroristas que actúan en el País Vasco francés.
Así, el pasado mes de diciembre, un grupo anónimo sorprendió a las autoridades francesas reivindicando la autoría de cuatro ataques similares a lo que en el País Vasco se conoce como kale borroka, dirigidos contra un restaurante, una urbanización en construcción y dos agencias inmobiliarias.
En su escrito de reivindicación, remitido al semanario independentista Ekaintza, este grupúsculo anónimo aludió a la especulación, entre otras cosas, como origen de sus ataques, aunque también instó al Gobierno francés a «involucrarse» en el diálogo con la organización terrorista ETA.