Un sacerdote jubilado de 75 años fue hallado muerto ayer en su casa de Murcia maniatado y con un martillazo en la cabeza, informaron fuentes policiales.
El sacerdote, Salvador Fernández Ciller, fue encontrado por una de sus vecinas, Encarna Sánchez Nicolás, presidenta de la comunidad de propietarios, que tenía llaves del domicilio y que decidió entrar porque había goteras por una fuga de agua procedente del piso del párroco.
Encarna Sánchez, que solía acompañar al cura y estaba extrañada porque hacía cuatro días que no tenía noticias suyas, entró a la casa y encontró a Salvador Fernández en el suelo de su dormitorio, muerto «con las manos atadas a la espalda y un golpe en la cabeza».
«Había dos grandes charcos de sangre alrededor de su cuerpo», relató esta vecina, según informa Efe.
La Policía Judicial tomó muestras en la vivienda y en los alrededores, donde inspeccionó un contenedor de vidrio y otro de papel, en el que hallaron unos sobres que requisaron.
El sacerdote se jubiló hace más de un año. Fue el párroco de la iglesia de El Puntal, tras ser titular durante 17 años de la parroquia de La Purísima, ambas en las inmediaciones de Murcia.
Jorge Oliva, actual párroco de La Purísima, aseguró que el fallecido era un hombre «muy pacífico y confiado», opinión compartida por un camarero de un bar cercano al domicilio, que explicó que «le abría la puerta a todo el mundo».
Una feligresa de la parroquia fue, al parecer, la última persona que vio con vida al cura, que acudió la noche del viernes de la semana pasada a visitar el monumento levantado en la iglesia con motivo de la Pasión. Durante el fin de semana fue llamado por teléfono varias veces, sin obtener respuesta, por los responsables del tanatorio en donde oficiaba funerales.
Las vecinas hablaron de él como una persona muy generosa, amable y alegre, aunque últimamente, dijeron, estaba algo triste «e incluso depresivo».
Salvador Fernández, que nació en el municipio de Cehegín, fue durante muchos años misionero en distintos países de Latinoamérica y había regresado a Murcia hace 19 años.
El pedáneo de El Puntal, Francisco López Ayllón, explicó a Europa Press que fue «un sacerdote muy bueno, con una labor importante con pobres e inmigrantes».