El roce hace el cariño y, si se trata de una abuela, más. Elisa González ha ganado el premio FotoPres'07 con el trabajo Recuerdos sin memoria, que muestra el día a día de una enferma de Alzheimer. Son nueve fotografías donde su abuela paterna, María Canelo, 83 años, se deja querer por la cámara de su nieta. «Ha sido una experiencia que nos ha unido más». Recuerda que cuando la llamaron de la Obra Social La Caixa, institución que da el premio, no sabía ni de lo que le hablaban: «Había mandado los trabajos a tantos sitios que me costó situarme». Los nervios del momento tampoco echaron una mano. A estas alturas, lo que ya tiene claro es en qué gastará los 18.000 euros del premio.

Pregunta.- ¿Qué hace una ingeniera química metida a fotógrafa?

Respuesta.- No tendría que haber estudiado eso. A los 18 años, uno no sabe lo que quiere hacer en la vida. Me rondó la idea de hacer Bellas Artes, pero la gente te dice: 'con las buenas notas que tienes'. Acabé la ingeniería y después di un giro a mi vida con la fotografía.

P.- ¿Por qué decidió centrarse en el Alzheimer de una persona tan próxima?

R.- Siempre he necesitado expresarme. Con mi abuela he pasado mucho tiempo y he seguido su evolución. Al principio, sufrió mucho, porque se daba cuenta del problema; ahora está en su propio mundo.

P.- ¿Cómo se tomaría su abuela este trabajo?

R.- A ella siempre le ha parecido bien lo que hago. Creo que lo interpretaría como un intento de comunicar mis sentimientos.

P.- Seguro que se alegraría del pellizco que ha pillado...

R.- ¡Imagínate! Cuando me llamaron creía que era una broma. La persona que me lo comunicó, al ver que no me convencía, me dijo: 'Llama a tu padre, que hemos hablado con él antes'.

P.- ¿Cómo está la situación laboral en el gremio?

R.- Jodida (risas). Yo, por ejemplo, aspiro a ser free lance, a hacer mis trabajos y colocarlos. En vez de ir a Africa a ver el sida pues opto por fijarme en alguien del entorno más cercano. Influyen mucho los medios económicos de cada uno.

P.- ¿Hay tongo en los concursos?

R.- Te habría dicho que sí hasta que me han dado el premio (risas). Yo acabo de empezar y mira. Supongo que depende del premio.

P.- ¿Dónde quiere llegar?

R.- Me conformo con hacer los proyectos que tengo en mi cabeza y disfrutar con ello.

P.- ¿En qué proyecto trabaja ahora?

R.- Quiero terminar el trabajo del Alzheimer y con el dinero del premio irme a Japón a hacer fotos.

P.- ¿Cómo es Madrid detrás de la cámara?

R.- No me ha interesado hasta el momento. Quizá porque es mi ciudad y siempre he vivido aquí. También puede ser porque no he investigado un tema que me motive.

P.- Quizá lo encuentre en las elecciones...

R.- No me interesa mucho la política.

P.- ¿Cuál es el político más fotogénico?

R.- Tengo predilección por Zapatero. Si tuviera que fotografiar a alguno, me gustaría que fuera él. Le situaría en un contexto raro para él. Sin duda, Zapatero tiene una foto.

P.- ¿Por qué en las fotos de campaña los candidatos salen tan desfavorecidos?

R.- (Risas) Quizá sea porque no hay muchos candidatos muy guapos.

P.- ¿Algún truco a la hora de posar?

R.- Yo creo que no se relajan delante de la cámara. Para que una fotografía salga bien, hay que tener contacto con la persona y crear una atmósfera agradable.

P.- ¿La cámara entiende de política?

R.- Muestra una tendencia moral. Los valores son más amplios que la política, pero por supuesto que entiende. Sólo con un encuadre, opinas, aunque a veces no lo hagas de forma consciente. Lo objetivo en la fotografía ni me lo creo ni me sirve.

P.- ¿Una imagen vale más que mil palabras?

R.- Depende del fotógrafo (risas). Las de campaña, no, desde luego. A mí me gusta hacer fotos, porque no me gusta mucho hablar.

P.- ¿La fotografía ha alcanzado la categoría que se merece?

R.- Ahora se ha metido en el mundo del arte con mucha fuerza. Se vende en galerías, como las videocreaciones. Me parece bien porque es un medio de expresión como la pintura. Pero también ocurre que, ahora, todo el mundo hace fotos y eso va un poco en contra de la disciplina.

P.- ¿Lleva siempre la cámara encima?

R.- En Madrid, no; cuando salgo, sí. No sabes lo que pesa el equipo... Es un horror.

P.- ¿Cómo se ve una buena foto?

R.- Porque te engancha. Muchas veces no sabes por qué. Y es algo que le pasa a gente que entiende de fotografía y a gente que no.

P.- ¿Una imagen que le gustaría ver pronto?

R.- Tokio, debe de ser increíble.

Origen. Madrid, 21 de abril de 1978. Currículo. Estudió Ingeniería Química. Una cámara de su padre la enganchó a la fotografía y desde ese momento ha hecho cursos y más cursos y ha viajado todo lo que ha podido. El premio FotoPres'07 le ha caído «al principio» de su carrera por Recuerdos sin memoria, que se expondrá en Barcelona y viajará después a distintas ciudades. Aficiones. «El baloncesto, aunque hace tres años que no juego, leer y el cine, que es mi otra gran pasión». Debilidades. «El chocolate y, sobre todo, los After eights». Virtudes. «Es fácil comunicarse conmigo. Doy confianza a la gente». Defectos. «Soy algo ansiosa, en el sentido de que me gusta tener todo controlado».