Jueves, 12 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6325.
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En Casablanca no se huye
Los islamistas que se inmolaron el martes pudieron escapar fácilmente, pero prefirieron provocar víctimas entre la policía
ALI LMRABET. Corresponsal en Marruecos

CASABLANCA.- Los dos últimos kamikazes que se inmolaron anteayer por la tarde en Casablanca hubieran podido escapar después de la redada policial de la madrugada en su casa de Hay El Farah en el barrio de El Fida-Derb Sultán. Según una fuente policial, Ayub Raydi y Said Beluad habrían podido huir fácilmente, pero decidieron quedarse en la zona, mezclados con la multitud. Esta fuente explica que uno de los dos kamikazes se abalanzó contra un coche policial para provocar víctimas entre las fuerzas de seguridad. Y por poco logró su cometido, ya que el prefecto de policía de Casablanca fue levemente herido y tuvo que ser trasladado al hospital.

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El primer kamikaze que se inmoló en la azotea de la casa cercada por las fuerzas del orden se llamaba Mohamed Rachidi y era el mayor del grupo, tenía 37 años. Algunas informaciones publicadas por la prensa local lo implican en el asesinato de un gendarme en 2003. Otras informaciones vinculan a Mohamed Metala, alias Uarda, el terrorista que no pudo accionar su detonador y fue abatido por la policía, con el asesinato del policía, cuando formaba parte del grupo de Yusef Fikri, un violento jefe de banda salafista que animaba a sus seguidores a asesinar a alcohólicos y a quienes no cumplían los preceptos musulmanes. Fikri, que no participó en los atentados de 2003, fue condenado a muerte ese mismo año.

Pero la noticia más relevante de este martes sangriento es la confirmación de que uno de los kamikazes es Ayub Raydi, el hermano de Abdelfetá Raydi, el suicida del cibercafé del 11 de marzo pasado. Durante la reunión mantenida con algunos medios de comunicación después del fallido atentado del 11 de marzo, el ministro delegado de Interior, Fuad Ali El Himma, había alertado ya de la peligrosidad de Ayub Raydi, entonces en busca y captura.

Con los atentados de ayer en Argel, reivindicados por Al Qaeda en el Magreb Islámico (ex Grupo Salafista para la Predicación y el Combate), la teoría oficial marroquí de que los suicidas no dependían de ninguna organización internacional se ha derrumbado. El experto en temas islamistas, Mohamed Darif, pedía ayer a las autoridades marroquíes que revisaran sus conclusiones, ya que, según él, las células islamistas son herméticas y sus miembros no conocen forzosamente el origen de las órdenes que reciben.

Las autoridades marroquíes siguen buscando a una decena de kamikazes que probablemente permanecen en algún barrio de Casablanca esperando el momento idóneo para pasar al acto.

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