ROBERTO MONTOYA
MADRID.-
«En noviembre de 2006, un blogger egipcio colgó en Internet un sobrecogedor vídeo que mostraba a miembros de la policía egipcia violando a un preso». Así empieza Egipto, abusos sistemáticos en nombre de la seguridad, un demoledor informe de Amnistía Internacional sobre el historial de más de 40 años de violaciones de los Derechos Humanos del régimen egipcio bajo la excusa de la seguridad, y, desde el 11-S, bajo el paraguas también de la guerra contra el terror. La víctima del vídeo era Emad al Kabir, de 21 años, detenido tras intentar mediar entre un primo suyo y unos agentes de policía. A pesar de haber sido acusado de «oponer resistencia», el juez ordenó su libertad bajo fianza. Inmediatamente después los agentes lo llevaron de nuevo a la comisaría de Bulaq Dakrur, lo torturaron y violaron con un palo. Uno de los policías lo filmó con la cámara de su teléfono móvil y le anunció que lo distribuiría entre los vecinos (algo que hizo) para humillarlo e intimidar a otras personas.
«Lo sucedido a Emad al Kabir no es en absoluto un caso aislado. La tortura y otros malos tratos son prácticas sistemáticas en los centros de detención de todo el país, iincluidas comisarías, instalaciones dirigidas por el Departamento de Investigaciones de la Seguridad del Estado (SSI) y campamentos militares», dice Amnistía. El informe revela que actualmente existen cerca de 18.000 personas detenidas sin cargos ni juicio por orden del Ministerio del Interior, que «se consumen en las cárceles de Egipto en condiciones inhumanas y degradantes». Egipto instauró el estado de excepción en 1981 tras el asesinato del presidente Sadat y permanece aún hoy día, renovándose regularmente.
El 19 de marzo pasado -recuerda Amnistía- el Parlamento debía aprobar las enmiendas a 34 artículos de la Constitución propuestas por el presidente Mubarak, para incorporar a la legislación permanente poderes de excepción «que han dado lugar a graves violaciones de Derechos Humanos durante decenios». La votación se realizó en ausencia de los parlamentarios de la oposición, que abandonaron el Parlamento en protesta por las enmiendas, que finalmente fueron aprobadas. «El artículo 179 enmendado es particularmente draconiano y establece que las medidas que se adopten para luchar contra el terrorismo no estarán sujetas a las protecciones previstas en la Constitución contra la detención y la reclusión arbitrarias, los registros policiales sin orden judicial y las escuchas telefónicas.
La nueva ley antiterrorista permite al presidente remitir a personas sospechosas de terrorismo a la autoridad judicial que desee, incluidos tribunales militares y de excepción, en los que no existe el derecho de apelación. Amnistía critica que a pesar de los conocidos antecedentes de Egipto, países como EEUU no dudan en entregar a sus temibles servicios de Inteligencia a personas capturadas por la CIA y trasladadas ilegalmente allí en aviones civiles camuflados, que son brutalmente torturadas. En mayo de 2005 -revela AI-, el primer ministro egipcio, Ahmed Nazif, dijo que los servicios de información estadounidenses habían trasladado a unas 60 o 70 personas a su país. Entre ellos estuvo Abú Omar, capturado en Milán en 2003 por la CIA, trasladado a una prisión egipcia donde fue torturado y permaneció encarcelado hasta que fue liberado sin cargos en febrero pasado.
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